viernes, 11 de mayo de 2018

Pamukkale, el maravilloso “Palacio de Algodón” en Turquía

Las aguas termales de Pamukkale, en Turquía, no son más que el comienzo en una serie de maravillas que este sitio histórico tiene para ofrecer a los turistas. Al sureste del país, en la pintoresca región de Denizli, es posible encontrar un valle empinado con laderas pobladas por relucientes escalones blancos de piedra.

Pamukkale turquia atardecer
Una vieja leyenda dice que aquellas terrazas blancas ondulantes se formaron a partir de restos de algodón que fueron dejados al sol hace muchísimos años por unos gigantes. En realidad, estas estructuras son depósitos minerales de carbonatos dejados por el agua a medida que fluye, pero esto no resta ni siquiera un poco la maravilla visual que resulta su apreciación. En honor a esa vieja leyenda, el sitio ha sido llamado Pamukkale, cuya traducción al español sería “Castillo de algodón”.

La historia de Pamukkale.

Hace cientos de años, Pamukkale fue sede de la antigua ciudad sagrada de Hierápolis. Este lugar fue elegido principalmente por las aguas termales que salpican sobre las laderas.
Pequeñas piscinas de aguas termanes en pamukkale
Aquí suelen reunirse médicos y curanderos que llevan a sus pacientes para tratar diversos padecimientos. Emperadores romanos como Nerón, Adriano, Septimio Severo y Caracalla solían visitar estas fuentes y fueron los principales responsables por divulgar las supuestas propiedades curativas de las aguas termales en Pamukkale. Pero además de esas cualidades sanadoras, algunas fuentes expulsan dióxido de carbono.
A través de los escalones, las fuentes y los depósitos minerales formaron pequeñas cavernas. Y la misma actividad volcánica que dio origen a las fuentes termales y a los escalones adosados forzó al dióxido de carbono a subir por las fuentes al interior de estas cavernas. Y como no existe una vía de escape, se mantiene atrapado al interior.
Terrazas en pamukkale turquia
En el pasado, una de estas cavernas atestadas con dióxido de carbono fue utilizada con propósitos religiosos por los sacerdotes de Cibeles. Estos religiosos fueron quienes llamaron a la caverna “Plutonium”, cuyo significado es “la casa del dios Plutón”. Los sacerdotes habrían orado a Cibeles, diosa madre de Anatolia, mientras mostraban una completa y misteriosa inmunidad a los efectos de las altas concentraciones de dióxido de carbono en la caverna.

La geografía de Pamukkale.


Aquellas fuentes termales que resultaron tan atractivas para nuestros antepasados también son responsables por dar origen al “Castillo de Algodón”. A medida que estas fuentes ricas en calcio descienden lentamente por la ladera, espuman y se acumulan en la geografía natural del terreno. Y mientras se derraman por los bordes de aquellas brillantes piedras de travertino blanco, los minerales se van solidificando en pequeñas olas que a la distancia asemejan suaves y rebosantes filas de algodón.
Turistas en las terrazas de pamukkale
Dado que el área es famosa por su algodón, el cultivo más común en la zona, las colinas han sido asociadas con manojos de algodón y los escalones adosados comparados con la forma de un castillo. Por esta razón, el lugar empezó a ser conocido como Castillo de Algodón.
Las fuentes termales de Pamukkale son una de las mayores atracciones turísticas en Turquía. Alcanzando temperaturas que van de los 35 a 100 grados Celsius, se dice que el agua rica en minerales de estas pozas trae numerosos beneficios a la salud, aunque no ha sido probado científicamente.

Pamukkale en la actualidad.

En nuestros días, la antigua ciudad de Hierápolis en Pamukkale ya no existe más. En su lugar podemos encontrar unas ruinas en excelente estado de preservación, así como un museo donde se detalla la historia de esta región.
Hierapolis teatro ruinas
Para la década de 1960, durante el boom de la industria turística y cuando la gente empezó a viajar para ver el Castillo de Algodón, algunos hoteles y caminos secundarios fueron edificados en la zona. Eventualmente, descubrieron que estos hoteles drenaban las aguas termales a sus piscinas provocando un daño irreparable a las terrazas.
Al final se decidió que estos hoteles debían ser demolidos y se implementaron nuevas ordenanzas. El agua que emplean todos los hoteles cerca de Pamukkale ahora está limitada, y se construyeron nuevas pozas de reemplazo para ayudar a restaurar el flujo original de las aguas termales.
Valle poblado de pamukkale

Hoy en día, los visitantes aún siguen llegando por multitudes a Pamukkale, con la esperanza de darse un chapuzón en una de las famosas pozas termales y explorar las ruinas de Hieropolis. Aunque las ruinas y el museo se mantienen abiertos al público, el ingreso a las aguas termales es estacional. Durante el invierno el ingreso a las terrazas es cerrado por la nieve, aunque las pozas se mantienen calientes y llenas de agua.
Algunas son cerradas por la erosión y otras sólo están disponibles para que los turistas sumerjan un pie. Pese a esto, muchas de las pozas se mantienen abiertas para que los visitantes se den un chapuzón, experimentando así una de las más grandes e históricas atracciones turísticas en Turquía.