En nuestros días, resulta mucho más complicado que las personas terminen creyendo los cuentos de fantasmas o lugares embrujados. Sin embargo, existen algunos casos e historias capaces de dejar inquietos hasta los más escépticos. Échale un vistazo a estos cinco lugares esparcidos por el mundo que se han ganado a pulso su fama de malditos.
1 – Bodie, una ciudad fantasma en los Estados Unidos.
Empecemos por esta ciudad del estado de California que llegó a albergar más de 10,000 individuos durante la fiebre del oro que se produjo en la región allá por el siglo XIX. Pero se trató de un éxito fortuito, pues una vez que se terminaron los yacimientos de oro y tras una serie de desafortunados incendios, los residentes de Bodie fueron abandonando la ciudad paulatinamente hasta que quedó completamente desierta a inicios de la década de 1950.
Como todas las propiedades fueron abandonadas a su suerte, ocasionalmente las casas eran invadidas por viajeros de paso que buscaban llevarse algún recuerdo de ese pedazo de historia de los Estados Unidos. Sin embargo, todos estos ladronzuelos terminaban arrepintiéndose de sus actos y regresando los objetos extraídos pues aseguraban que sobre estos pesaba una maldición.
En el año de 1962, la localidad fue transformada en un parque estatal y, en el museo, pueden leerse algunas cartas enviadas para dar testimonio de la forma en que los objetos que fueron extraídos de este lugar terminaron llevando a la desgracia la vida de estas personas.
Posteriormente, surgió el rumor de que los mismos patrulleros del parque habían fabricado estas historias. ¿Para qué? Precisamente como una forma de inhibir el robo de tantos artículos en la ciudad por parte de los visitantes. A continuación, te darás cuenta de la forma en que la mayoría de las maldiciones parecen partir del mismo lugar.
2 – La Torre de Alloa en Escocia.
En territorio escocés existe una región conocida como Clackmannanshire que, además del nombre tan largo, es famosa por una macabra leyenda. Se cuenta que entre los siglos XIV y XV, un miembro de la nobleza que habitaba en esta zonaordenó que se derribara un monasterio local para utilizar las rocas en la edificación de un enorme palacio propiedad de la familia Erskine.
Esta decisión terminó provocando la ira en el abad de la ciudad de Alloa, quien lanzó una serie de maldiciones no sólo sobre este hombre, sino sobre toda su descendencia a partir de ese momento.
El abad juró que la familia terminaría quedándose sin poder y serían exterminados de la faz de la Tierra. En nuestros días cualquier hijo de vecino puede maldecir, y sabemos que no pasa nada. Sin embargo, el religioso se encargó de dar santo y seña de lo que sucedería con estas personas. Declaró que la matriarca del palacio ardería en llamas y que algunos miembros de la familia jamás “verían la luz del día”.
Dicho y hecho: a comienzos del siglo XIX, un poderoso incendio terminó damnificado el palacio, tragedia en la que murió la esposa de John Francis Erskine, que no había tenido nada que ver con la historia. Por si fuera poco, tres de sus hijos nacieron ciegos.
Pero la cosa no termina ahí, pues el abad también decretó que la maldición se rompería el día en que un árbol naciera de entre las cenizas del palacio. En el año de 1820, un pequeño brote fue visto creciendo
en la cima de la construcción. En la actualidad, la torre es la única parte del palacio de los Erskine que resistió al paso del tiempo y está bajo protección del gobierno escocés.
3 – Las rocas de Koh Hin-Ngam, en Tailandia.
Se trata de una isla tailandesa extremadamente pequeña y completamente deshabitada, pero los rumores aseguran que aquí existen poderes místicos. Según la mitología de los nativos, las rocas oscuras que recubren este lugar fueron dejadas por el dios Tarutao, quien habría decretado todo aquel que retirara aunque fuera una sola piedra sería víctima de una maldición.
Tal vez se trate de una simple leyenda, pero las autoridades encargadas de administrar la isla suelen recibir decenas de rocas todos los años a través del servicio postal. Provienen de turistas que terminan arrepintiéndose del “hurto” a causa de la maldición y deciden regresar las rocas lo más rápido posible.
4 – El cementerio de los trabajadores, en Egipto.
Hace un año, un grupo de arqueólogos que llevaba a cabo una serie de excavaciones terminó descubriendo un cementerio que contenía miles de restos humanos, supuestamente pertenecientes a obreros que laboraron en la construcción de la Gran Pirámide de Guiza.
Una tumba en particular terminó llamando la atención de los expertos, pues se cree que aquí fueron sepultados los restos del capataz de estos trabajadores. Sin embargo, lo más tenebroso fueron las inscripciones en el lugar donde se mencionaba que “cualquiera que se atreviera a destruir este lugar sagrado, terminaría encontrando hipopótamos y cocodrilos en sus aguas y serpientes y escorpiones en sus tierras“.
En la actualidad, el complejo puede ser visitado por los turistas, pero no hay mucha gente interesada en realizar este tour durante su paso por Egipto.
5 – Las ruinas de Rocca Sparviera, en Francia.
Las ruinas de un castillo en la Costa Azul de Francia parecieran un escenario bucólico y lleno de romanticismo. Pero la leyenda en torno a las ruinas de Rocca Sparviera navega más por el ámbito de lo perturbador y terrorífico. Se dice que en la Edad Media, una viuda de la nobleza se mudó a este sitio, acompañada por sus dos hijos y un monje, muy apegado al vino, después que el patriarca de la familia pereciera.
El clímax de la historia aconteció en plena celebración de Navidad, día en que la mujer dejó el castillo y se dirigió a misa de medianoche en la villa. Al regresar,encontró al monje completamente ebrio y a sus hijos… muertos. Algunas variaciones de la leyenda afirman que el monje le sirvió un banquete a la mujer antes de confesar el verdadero origen de la carne.
Completamente devastada, la mujer terminó por maldecir aquel castillo: jamás volvería a florecer la vida allí, ni siquiera el canto de los pájaros podría escucharse en el aire. En la actualidad, los visitantes que suelen ir a Rocca Sparviera se muestran sorprendidos por el intimidante silencio de las ruinas.