Captadas en la Bahía de Monterrey, las imágenes muestran una medusa fantasma gigante (Stygiomedusa gigantea).
El personal del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI) lleva más de tres décadas desplegando robots acuáticos en las costas de California, y esta es la primera vez que divisan un espécimen de este género.
En el video se aprecia con gran detalle la anotomía de esta medusa gigante. Destaca la umbrela (parte superior) de más de un metro de ancho, pulsando a través del tejido translucido con bioluminiscencia en tono carmesí. También resultan sorprendentes sus cuatro tentáculos larguísimos flotando a casi un kilometro de profundidad, donde la luz solar no puede penetrar.
Desde la parte superior asemeja un sombrero. Pero, visto de perfil se convierte en un animal majestuoso de dimensiones inquietantes. Cada uno de los tentáculos se extiende hasta los 10 metros desde su cuerpo. El registro más antiguo de una Stygiomedusa gigantea proviene de 1899, pese a que viven en todos los océanos del mundo. Y en el transcurso de esos 122 años, solo se les ha visto en 111 ocasiones. El registro inmediato anterior se produjo en 2009.
La simbiosis con un pez de las profundidades.
En un avistamiento de 2004, se observó a un pez abisal (Thalassobathia pelagica) viviendo junto a una de estas medusas gigantes. Eventualmente, un robot acuático captó al T. pelagica descansando sobre el “vientre” de la medusa. Los científicos concluyeron que entre estas especies existe una relación simbiótica, donde la parte más provechosa se la lleva el pez al adquirir un “refugio” en las profundidades del océano.
Se desconoce el beneficio que obtiene la medusa gigante de esta simbiosis. Así como el mecanismo con el que el pez inhibe los sacos llenos de veneno que forran los tentáculos de la S. gigantea. Lo más extraño es que, aunque habita a más de un kilometro de profundidad, la dieta principal de la medusa consiste de plancton y peces pequeños. Los investigadores sospechan que la medusa caza empleando sus tentáculos como redes, aunque jamás han presenciado tal evento.
Quizá la próxima vez que tengan oportunidad de ver una medusa fantasma gigante, finalmente comprendan como se alimenta. Por ahora no queda más que admirar la belleza de este escurridizo ser vivo.
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