La tradición en Japón de ennegrecerse los dientes, que cayó ya en desuso en el SXIX, se llama Ohaguro.
La costumbre apareció por primera vez entre hombres y mujeres de la aristocracia del periodo Heian (entre los siglos IX y XI) y pronto se sumaron mujeres de todas las clases sociales. Empezó como un rito de madurez entre chicas adolescentes, aunque al final de dicho período ya se había extendido a los varones de la nobleza y también a la corte de la Familia Imperial. En poco tiempo se fue usando por la clases sociales altas y poco a poco llegó a considerarse aceptable entre las mujeres plebeyas, sobre todo entre las casadas y las geishas, pero era una práctica prohibida para los marginados, los vagabundos y los más pobres.
El ingrediente principal era una solución de color marrón oscuro de acetato de hierro, creada al disolver limaduras de hierro en vinagre. Cuando la solución se combinaba con taninos vegetales de fuentes como polvo de agallas del Rhus chinensis (fushi o de té), se volvía negra y dejaba de ser soluble en agua. Cubrir los dientes con este líquido se creía que prevenía el deterioro de los dientes y del esmalte y también se decía que calmaba el dolor de las afecciones dentales de manera casi inmediata. El tinte se desvanecía con rapidez y debía aplicarse una vez al día o cada pocos días para mantener el tono oscuro uniforme.
Nota aportada por Doña Natus
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