Quienes fueron jóvenes en las décadas de los 80 y 90, recordarán la importancia que tenían las leyendas urbanas en la vida cotidiana. Hoy, gozamos de acceso casi ilimitado a toda clase de información, y este tipo de historias perdieron relevancia al punto de considerarlas tonterías. Sin embargo, en el pasado eran motivo de preocupación y hasta pesadillas para los niños y jóvenes. Después de todo, sí lo decía un adulto tenía que ser verdad. A continuación, conocerás algunas de las leyendas urbanas más populares de esos tiempos.
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Pelos en la mano.
Es una de las leyendas más antiguas, y aún existe gente que cree en este mito. La historia dice que si prácticas onanismo, aparecerán vellosidades sobre la palma de tu mano. En aquella época era un tema tabú en torno al cual surgieron muchos mitos. Resulta muy probable que todas estas historias fueran un invento de los padres, preocupados por el destino de sus hijos. A los jóvenes se les advertía que podían quedar estériles, desarrollar retraso mental o llenarse de espinillas. Incluso en nuestros días, autocomplacerse se considera un pecado grave en muchas religiones.
Afortunadamente, con el paso de los años la ciencia demostró que todas estas historias no pasaban de meras invenciones. Así que puedes relajarte, poner tu navegador en modo incógnito y visitar a la famosa Manuela. A tu mano nunca le saldrán pelos, a menos que sea luna llena y te conviertas en Hombre Lobo.
La mujer del baño.
Prácticamente en todas las escuelas se contaba la leyenda sobre el fantasma de una mujer que habitaba los baños. Y aunque cada región tenía su propia versión de la historia, la base parte del mismo punto. Una profesora muy guapa (a veces una alumna), se aparecía en el baño de la escuela para aterrorizar a los que se saltaban las clases. Una referencia común era el algodón saliendo de sus fosas nasales u oídos.
En algunas versiones de la historia se decía que esta maestra fue asesinada por estudiantes inconformes. En otras, que era el fantasma de una estudiante que se ocultó en los baños para saltarse las clases. Habría muerto después que su cabeza golpeara el inodoro en un resbalón, o por un hedor asfixiante que emanaba del drenaje. Tras perder la vida, su espíritu se quedó en ese baño para disuadir a los estudiantes de saltarse las clases y que terminaran como ella.
Los algodones de la historia son una referencia a los mechones que introducen los médicos en los orificios de los muertos, esto para prevenir las secreciones post mortem. Y existían toda clases de rituales para invocar a la mujer del baño. Desde combinaciones secretas en las descargas del inodoro, hasta recitar su nombre frente a un espejo.
Los muertos del Estadio Azteca.
El Estadio Azteca es una de las construcciones modernas más emblemáticas en el ámbito deportivo mexicano. Un lugar icónico de los deportes y eventos más importantes que se han llevado a cabo en la ciudad y en todo el país.
Una de las leyendas dice que, durante su construcción, se produjeron muchas muertes y desapariciones de trabajadores. Supuestamente, siguiendo instrucciones de los arquitectos se siguió una antigua tradición de sacrificios humanos para que el edificio resistiera los embates del tiempo. Las historias dicen que muchos trabajadores caían en los fosos de construcción durante la obra, justo antes de que vaciaran el hormigón o cemento.
Otros señalan que se enviaban cuadrillas a ciertas partes de lugar y algunos simplemente no volvían o se decía que renunciaron. Se cuenta que por las noches todavía se escuchan ruidos de construcción, lamentos o pedidos de auxilio.
Hamburguesa de gusanos en McDonald’s.
La leyenda aseguraba que el producto estrella de McDonald’s, la Big Mac, empezaría a venderse con carne hecha de gusanos. De hecho, decían que el gobierno estadounidense y la cadena de comida rápida acordaron promover el consumo de esta carne. Por si no lo sabes, algunos alimentos preparados con insectos poseen un valor nutricional muy por encima de la carne de res. Evidentemente, en aquellos tiempos ningún estadounidense estaba dispuesto a consumir carne de gusanos, pero se suponía que ni siquiera notarían la diferencia.
Cuando una importante red de televisión en los Estados Unidos hizo eco de estos rumores, las afectaciones para la cadena de comida rápida más grande del mundo fueron inmediatas. McDonald’s sufrió un duro golpe a causa de esta leyenda urbana, llegando a disminuir sus ventas hasta en un 30%. La marca se defendió, argumentando que la historia no era más que una invención de mentes perversas.
El viejo del costal.
Tristemente, esta clase de leyendas urbanas solo proliferan en sitios donde existe una profunda desigualdad social. En buena parte de Latinoamérica, los padres recurrían a la leyenda del viejo del costal para asustar a hijos desobedientes y evitar que salieran a jugar a las calles. En la leyenda se describe a un anciano harapiento que lleva a cuestas un enorme costal, un personaje que vaga por las calles de la ciudad para llevarse a los niños desobedientes.
En algunas versiones de la historia el anciano es un indigente, y en otras aparece como gitano. Depende mucho de la región donde se cuenta la leyenda. Entre las macabras versiones de esta historia destaca aquella donde el viejo del costal llevaba a los niños hasta su morada. Donde los asesinaba para producir jabones y botones a partir de la grasa y huesos, respectivamente.
Aprovechando que estas personas circulan por todos lados, para los padres resultó fácil vincularnos a una historia tan macabra. Por otro lado, siempre existe un peligro real de que un niño descuidado terminen secuestrado y abusado por individuos malintencionados. Quizá la leyenda no sea cierta, pero cuando creces te das cuenta que cuando se trata de los hijos, cualquier cuidado es poco.
Tatuajes de LSD.
Cuando aparecieron los tatuajes temporales, aquellos que venían como premio en las golosinas o las rifas, nos convertimos en renegados sin temor a la mínima consecuencia. La leyenda sobre los tatuajes con LSD apareció en Estados Unidos hacia la década de 1980. Supuestamente, la policía incautó miles de tiras de ácido lisérgico con estampas de Mickey Mouse. La historia señala que los narcomenudistas vendían “tatuajes transferibles” con dibujos infantiles en las puertas de las escuelas. Así, lograron que los niños se hicieran adictos y continuaran comprando el producto.
La combi de los payasos.
No es raro que muchas personas de la generación X y los millennials padezcan miedo a los payasos o coulrofobia. Y esta leyenda podría ser responsable en algunos casos. Se dice que una combi repleta de payasos estacionaba en sitios con gran concentración de niños. Aunque repartían juguetes, golosinas, bocadillos y gastaban algunas bromas. En realidad, los payasos buscaban atraer a los pequeños para secuestrarlos, con fines que varían de una versión a otra.
Quizá para venderlos en el extranjero, solicitar rescate o extraerles los órganos y comercializarlos en el mercado negro. En algunas historias estos payasos iban acompañados de una bailarina que atraía las niñas, mismas que se convertían en víctimas de trata. Y si los pequeños no se sentían atraídos por las golosinas, los payasos empleaban un cachorro para llamar su atención.
La leyenda de la combi de los payasos circuló durante mucho tiempo y algunos niños dejaron de jugar en las calles, mientras otros desarrollaron un miedo irracional hacia los payasos. Hasta la fecha no existe evidencia alguna que corrobore la existencia de estos payasos criminales. Probablemente, era otra historia inventada para tratar de evitar que los niños hablaran con extraños.
Cortesia de Palurdotl flecha caida
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