viernes, 15 de enero de 2021

Sobrevivió a una inyección letal muere por Covid-19


 En Ohio, un violador preso condenado a muerte, que sobrevivió a un intento de ejecución con inyección letal en 2009, falleció el lunes por posibles complicaciones de Covid-19, informó el sistema de prisiones del estado.

El violador condenado, de nombre Romell Broom fue sentenciado a muerte por violar y matar a una niña de 14 años, luego de secuestrarla en Cleveland en 1984 mientras caminaba a casa después de un partido de futbol.

La fecha de su condena letal, fue el 15 de septiembre de 2009, cuando el hombre tenía 53 años; sin embargo, la ejecución se suspendió dos horas después, cuando los técnicos, tras haberle dado 18 pinchazos, no pudieron encontrar una vena adecuada, incluso cuando Romell había ayudado a sus verdugos para encontrarla

Al terminar el proceso, él recluso se volvió de espaldas y se cubrió la cara con las manos porque lloraba de dolor. Se le entregó un rollo de papel higiénico, que utilizó para secarse los ojos y la frente.

En el momento del procedimiento del 2009, el preso Broom fue la segunda persona a nivel nacional en sobrevivir a una inyección letal; desde la introducción de la silla eléctrica, solo tres condenados a muerte en los Estados Unidos habían sobrevivido a los primeros intentos de ejecución.

Sin embargo, a sus 64 años, fue incluido en la “lista de probables Covid-19” que mantiene el Departamento de Rehabilitación y Corrección, dijo el martes la portavoz Sara French; por lo que se sospecha que los reclusos en esa lista murieron de coronavirus, aunque aún se espera un certificado de defunción.

Segunda condena del hombre acusado por violación

El violador condenado fue devuelto al corredor de la muerte, y aunque intentó evitar una segunda inyección letal, el gobernador Mike DeWine fijó una nueva fecha para marzo de 2022.

Durante su tiempo de espera para la segunda ejecución, de acuerdo con sus abogados, Broom vivó con miedo y la angustia de que se usaría el mismo proceso. “Que su muerte de esta manera (a causa de Covid-19), y no en la cámara de ejecución, sea la última palabra sobre si se debería haber considerado un segundo intento”, comentaron.

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