Un hombre que se inyectó un “té de hongos” psilocibios, mejor conocidos como hongos alucinógenos, acaba de ingresar a los casos más extraños de la literatura médica. ¿Por qué alguien cometería tamaña estupidez? El desafortunado sujeto pretendía reducir el tiempo entre la ingesta de los hongos y la aparición de los efectos psicodélicos.
Como resultado de su imprudencia no sólo terminó en el hospital. Cuando el personal médico encontró hongos creciendo en sus venas, su caso pasó automáticamente a los anales de la medicina. Antes de abandonar la lectura con una idea errónea, debes saber que el sujeto la pasó realmente mal y no logró su cometido. Entonces, por ningún motivo intentes esto en casa. Podría resultar fatal.
El hombre que se inyectó hongos.
Médicos de la Universidad Creighton, en los Estados Unidos, estudiaron y reseñaron el extraño caso. Los detalles se divulgaron esta semana en un artículo publicado por el Journal of the Academy of Consultation-Liaison Psychiatry. Se trató de un hombre de 30 años de edad que ingresó a un hospital desconocido en estado de confusión.
En entrevista con sus familiares, los médicos supieron que el paciente abandonó su tratamiento farmacológico para el trastorno bipolar tipo 1 que padece. Presentaba severos cambios de humor y un historial de adicción a los opioides. Además, a últimas fechas estuvo investigando sobre micro dosis de LSD y psilocibina como tratamiento para todos sus padecimientos.
Efectivamente, la ciencia ha demostrado los resultados positivos de emplear micro dosis de hongos alucinógenos en enfermedades como la depresión. Sin embargo, este hombre fue mucho más allá que simplemente comer «hongos mágicos».
Al interrogarlo, admitió haber comprado algunos hongos psilocibios. Posteriormente, los hirvió en agua para producir algo que denominó «té de hongos«. Y aquí es donde la situación se salió de control, pues pasó ese té por un filtro de algodón y luego se lo inyectó en las venas. En lugar de experimentar los efectos psicodélicos de la sustancia, ingresó a un estado de sopor y náuseas. También presentó ictericia, diarrea y empezó a vomitar sangre. Y su cuadro clínico empeoró aún más.
Hongos en la sangre.
Tras pasar algunos días en la unidad de cuidados intensivos del hospital, presentó falla orgánica múltiple. Sus pulmones, riñones y el hígado no trabajaban bien. Además, su frecuencia cardíaca era elevada y pasó por un shock séptico. En una de las muestras observaron coágulos de sangre, y tras el análisis encontraron algo inquietante.
Los hongos que se inyectó empezaron a crecer en su torrente sanguíneo. Eso provocaba las fallas orgánicas y el resto de los problemas que amenazaban su vida. Pero, detectar las causas no resolvía el problema. Inmediatamente, los médicos indicaron un tratamiento con fármacos antimicóticos y antibióticos. El sujeto pasó ocho días en la UCI y casi un mes hospitalizado antes que le dieran el alta. Y se llevó a casa una receta de medicamentos antimicrobianos.
Los médicos del hospital tuvieron la pericia suficiente para diagnosticar los hongos en la sangre. Sorprendentemente, los autores del estudio encontraron dos casos parecidos en 1985. El incidente del Pan Maldito en Francia es otro ejemplo diferente de envenenamiento con hongos. Con la practicidad de ingerir hongos por vía oral y el esfuerzo de los científicos para estandarizar las dosis de psilocibina de tal forma que no genere efectos secundarios peligrosos, es poco probable que se repitan casos como éste.
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