Gran parte de las civilizaciones extraterrestres que surgieron en la Vía Láctea, probablemente están destruidas. Así lo señala un estudio publicado el mes pasado en arXiv. Empleando modelos estadísticos y conocimientos de la astronomía moderna, los investigadores ilustraron el surgimiento y muerte de la vida inteligente a través del espacio y el tiempo en nuestra galaxia.
Estos resultados pueden considerarse como una versión más precisa de la famosa ecuación de Drake. Nombrada así en honor a Frank Drake, fundador del proyecto Search for Extraterrestre Intelligence (SETI). Postulada en 1961, la ecuación se popularizó gracias al divulgador científico Carl Sagan. En la serie Cosmos, Sagan describió una serie de variables misteriosas, como la prevalencia de planetas en el universo, que hasta esa época era una pregunta sin respuesta.
Una mapa de la vida inteligente en la Vía Láctea.
Este estudio, escrito por tres físicos de Caltech y un estudiante, resulta mucho más práctico. Es un mapa que señala los lugares y momentos más probables en los que pudo surgir vida inteligente a través de la Vía Láctea. También identifica el factor más importante que influye en su prevalencia: la tendencia de los seres inteligentes por la auto aniquilación.
«Desde la época de Carl Sagan se realizaron muchas investigaciones», señala Jonathan H. Jiang, astrofísico del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Caltech. «Sobre todo desde el telescopio espacial Hubble y el telescopio espacial Kepler, tenemos un profundo conocimiento sobre las densidades [de gas y estrellas] en la Vía Láctea, los índices de formación de estrellas y exoplanetas. Hoy, contamos con números que eran un misterio para la época en que se transmitió el famoso episodio de Cosmos«.
Los investigadores analizaron diversos factores que habrían influenciado el desarrollo de la vida inteligente. Entre estos se encuentra la prevalencia de estrellas parecidas al Sol que albergan planetas similares a la Tierra. También consideraron la frecuencia de supernovas letales y las explosiones de radiación. La probabilidad y el tiempo que se necesitan para que la vida inteligente surja en condiciones favorables. Así como la posible tendencia de las civilizaciones avanzadas a destruirse a sí mismas.
Con estos y otros factores en consideración, modelaron la evolución de la Vía Láctea través del tiempo. Descubrieron que la probabilidad de que la vida inteligente surja a partir de los factores empleados alcanzó su máximo valor a 13 mil años luz del centro galáctico y a 8,000 millones de años tras la formación de la galaxia.
Civilizaciones extintas.
Resulta que la Tierra se encuentra a 25,000 años luz del centro galáctico. Y la civilización humana apareció aproximadamente 13,500 millones de años después de la formación de la Vía Láctea. Podríamos considerarnos una civilización en la frontera de la geografía galáctica. Hasta cierto punto y aunque tenemos conciencia de nuestra existencia en este sitio, nos encontramos relativamente atrasados al florecimiento de la vida inteligente.
Pero, si asumimos que la vida surge con frecuencia razonable y eventualmente evoluciona hasta adquirir inteligencia, es probable que existan otras civilizaciones allá afuera. La gran mayoría se encontraría agrupada en esa zona de 13,000 años luz, principalmente por la prevalencia de estrellas parecidas a nuestro Sol en la región.
Esas civilizaciones que existen en la galaxia probablemente son jóvenes. Principalmente por la gran probabilidad de que la vida inteligente se erradique a sí misma en escalas de tiempo prolongadas. Aunque la Vía Láctea alcanzó su pico de civilizaciones hace más de 5,000 millones de años, los investigadores creen que la mayoría se auto aniquilaron.
Este último es uno de los parámetros más inciertos del artículo: ¿cuántas veces se destruyen las civilizaciones? Al mismo tiempo, según los investigadores, es imprescindible para determinar qué tan extendida está una civilización. Incluso ante una probabilidad muy baja de que una determinada civilización se aniquilara en los siglos pasados (ya sea por cambio climático o holocausto nuclear), significaría que la abrumadora mayoría de las civilizaciones que surgieron en ese pico de vida inteligente en la Vía Láctea están muertas.
El artículo aún está pendiente de la revisión por pares, aunque ya se ha enviado a una revista para tal fin.
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