¿Sabías que encontrar la solución a un problema o comprender una situación desde una perspectiva distinta genera en nuestro cerebro un placer similar al de un orgasmo? Así lo concluyó un grupo de investigadores de la Universidad Drexel, en Estados Unidos. Estos episodios desencadenan una reacción de recompensa que produce placer a ciertas personas, y podría tratarse de una adaptación evolutiva que premia e incentiva la creatividad.
Como la liberación de sustancias que producen placer impulsa la repetición de ciertos comportamientos, aquellos individuos que se embarcan en actividades creativas (al punto de excluir otras actividades importantes) experimentarían mayores niveles de recompensa. Los artistas, investigadores y aficionados a resolver rompecabezas conocen muy bien esta sensación.
“Que la evolución vinculara el sistema de recompensas del cerebro a la generación de nuevas ideas y perspectivas, podría explicar la proliferación de la creatividad y el avance de la ciencia y la cultura”, señaló el investigador John Kounious.
Un experimento de placer y creatividad.
La ejecución del experimento contó con la participación de diversos voluntarios, quienes resolvían rompecabezas mientras se les practicaba un encefalograma (EEG). La tarea consistió en reorganizar letras para encontrar palabras ocultas, una forma compleja para la solución de problemas.
Ese resultado de placer se observó cuando el individuo tenía una “revelación” repentina, aunque no sucedía lo mismo cuando recurrían al proceso metódico de reordenar las letras de forma mecánica hasta conseguir formar una palabra.
Además, los voluntarios resolvieron un cuestionario donde se determinó su “sensibilidad a la recompensa”, una característica de la personalidad que indica si la persona tiende a estar motivada por la perspectiva de obtener una recompensa o por el miedo a perder algo.
Mediante un conjunto de electrodos dispuestos sobre el cuero cabelludo, el EGG analiza la actividad eléctrica en el cerebro, y en este experimento identificó ondas gamma asociadas con esos momentos “eureka”. Los individuos más sensibles a las recompensas presentaron un nivel superior de ondas gamma aproximadamente una centésima de segundo después de la primera onda. Este segundo estallido tuvo lugar en la corteza orbitofrontal, la región del cerebro vinculada al sistema de recompensa.
El resultado del estudio sugiere que la sensibilidad a la recompensa puede medirse, y que dichos parámetros pueden ayudar a identificar a personas que presentan mayor tendencia a trabajar con la creatividad para incrementar sus habilidades con el paso del tiempo.