Una mujer canadiense de 30 años salió bien librada de un disparo gracias a un implante mamario de silicona. El caso, publicado a mediados de abril en el Plastic Surgery Case Studies, es uno de los primeros en su tipo que ha registrado la literatura médica.
Según lo descrito por el equipo médico que trató a la paciente, la mujer caminaba tranquilamente por las calles de Ontario cuando experimentó una repentina “sensación de calor acompañada de dolor” en el pecho izquierdo. Al examinarse, encontró un flujo de sangre escurriendo de su mama izquierda y buscó ayuda, siendo atendida pocos minutos después por personal médico.
Tras encontrar un orificio de entrada en el seno izquierdo, los médicos ordenaron una tomografía computarizada. El estudio de imagen reveló que la bala perforó la mama izquierda de la paciente y fue desviada por la prótesis de silicona, alojándose en uno de sus costados. Los especialistas señalan que el impacto de la bala fue tan potente, que el implante quedó al revés.
Silocona salva vidas.
“Probablemente la prótesis de silicona desvió la trayectoria de la bala y salvó la vida de la mujer”, señalaron los especialistas en la publicación. “Basados en la trayectoria de entrada del proyectil, encontramos que la única fuente de deflexión fue el implante mamario izquierdo. Dicho implante cubre el corazón y la cavidad intratorácica, por lo que probablemente salvó la vida de la paciente”.
Aunque en la literatura científica existen casos de implantes mamarios que han logrado disminuir la velocidad de los proyectiles, esta sería la primera ocasión en que una prótesis desvía la trayectoria de una bala. “Nuestro estudió aumenta el conocimiento [en este campo], empleando una tomografía computarizada para analizar la trayectoria de la bala en un caso real”, señalan los autores.
Afortunadamente para la dama, sólo resultó con una costilla fracturada y tuvieron que retirar sus implantes mamarios, pero conservó la vida. Una vez que la bala y la prótesis fueron retiradas mediante cirugía, los médicos limpiaron la herida e indicaron antibióticos por precaución. “La infeliz historia tuvo un final feliz, pues la paciente sólo sufrió heridas leves y se recuperó por completo”, señaló Giancarlo McEvenue, el médico que atendió a la paciente.