¿Has escuchado la historia de que los gemelos pasan por experiencias muy parecidas, como si tuvieran una conexión metafísica? Las tres historias que verás a continuación abordan precisamente esta clase de experiencia, pero con algunos detalles macabros y verdaderos. ¿Qué tienen en común? Un gemelo malvado.
Esta historia inicia cuando la policía aprende a Ronald Anderson por haber violentado a su ex esposa. Lo extraño de esta situación fue que Ronald ya había sido llevado a prisión por el mismo motivo una semana antes y, cuando la policía intentó cotejar la información, confirmaron que Anderson todavía estaba bajo custodia, en prisión, y cumpliendo su condena.
Un amigo de la mujer agredida reveló a la policía que el esposo violento tenía un hermano gemelo que solía culparse por los crímenes del otro, incluso si esto significaba ir a prisión.
Se trataba de Donald Anderson, quien terminó confesando que se había ofrecido como voluntario en cuatro ocasiones para salvar a su hermano simplemente porque lo amaba demasiado y no quería verlo en prisión. De hecho, para evitar que se metiera en problemas Donald solía proteger a Ronald de una forma exagerada.
El gemelo sacrificado.
En la década de 1970, después que Ronald ingresó al ejército y recibió entrenamiento, le asignaron una misión en la que debía pilotar un helicóptero en Corea, y simplemente renunció momentos antes de emprender el viaje. Para evitar que su hermano fuera procesado por el gobierno, Donald fue a servir al ejército en su lugar sin ningún tipo de entrenamiento, y mucho menos conocimientos para pilotar un helicóptero.
Como no fueron descubiertos en esta misión a Corea, los hermanos no dejaron de cambiar papeles. Donald estaba convencido de que su hermano era realmente inocente, pese a que Ronald intentó varias veces asesinar a su esposa.
El juez responsable de este caso, después de escuchar la increíble “historia de amor fraternal” terminó condenado a Ronald a prisión. Lo más curioso fue que, tras el veredicto, Donald extendió las manos para ser esposado.
¿Se trataba de una historia de amor incondicional entre hermanos o de un trastorno de la personalidad? La policía cree que todos esos celos eran, en realidad, una cobertura para el hermano con el fin de que tuviera éxito en la tarea de asesinar a su esposa. Afortunadamente, Ronald fue condenado a 16 años en prisión, y en esta ocasión Donald no pudo hacer nada para evitarlo.
2 – Locura al doble.
Ursula y Sabina Eriksson formaban parte de una típica familia sueca. Cierto día, Ursula decidió viajar para visitar a su hermana, que había ido a vivir a Irlanda. Tras esa visita, una serie de eventos extraños aconteció: múltiples accidentes de tránsito, asesinato y una confusión generalizada en la policía.
Desde Irlanda, las hermanas decidieron hacer un viaje a Londres, sin ningún tipo de aviso a sus familiares. Mostraron un comportamiento bastante violento, por lo que fueron expulsadas del autobús donde se encontraban, y las bajaron en medio de una carretera donde transitaban vehículos a alta velocidad, situación a la que no le dieron mucha importancia.
Un programa de la BBC, donde participaban algunos policías, filmó el momento en que las hermanas corrían por la transitada vía. De forma simultánea, algunos agentes que monitoreaban la carretera a través del circuito cerrado de televisión divisaron a las hermanas y dieron una alerta.
Un episodio de locura inesperado.
Mientras el programa se estaba grabando, algunos policías daban entrevistas y las hermanas se encontraban en ese lugar, al lado de los agentes en el acotamiento. De la nada, una de las mujeres atraviesa la carretera corriendo directamente a las ruedas de un camión. Instantes después, la otra hace lo mismo y es impactada por un automóvil.
Escenas del documental “Madness in the Fast Lane”.
Sabina, la hermana atropellada por el automóvil, a pesar de las lesiones que presentaba se levantó e intentó atacar al agente que pretendía auxiliarla. Ursula resultó con ambas piernas fracturadas. Después de toda esta confusión, Sabina empezó a actuar de forma tan normal que los policías la dejaron en libertad al día siguiente. Instantes después, en las cámaras de seguridad podía verse a la misma mujer corriendo histéricamente.
Horas después asesinó a un hombre que le ofreció morada, y finalmente saltó de un puente. Sin embargo, la mujer sobrevivió y fue condenada a 5 años en prisión – la condena fue tan corta debido a que los abogados lograron probar que tenía serios problemas de salud mental cuando cometió el crimen. Ursula, por su parte, no tenía ningún problema, y ninguna presentaba rastros de alcohol o droga en el organismo.
Sabina Eriksson
Los médicos aseguraron que Sabina pasó por un episodio de “locura temporal”, que terminó afectando el comportamiento de la hermana. Algún tiempo después, ambas fueron consideradas completamente fuera de peligro.
3 – Las gemelas del silencio.
Entre las gemelas más siniestras de la cultura pop figuran las de la película “El resplandor”, pero las de la siguiente historia resultan mucho más aterradoras, pues eran siniestras desde pequeñas. Las gemelas Gibbons: Jennifer y June Gibbons simplemente no le hablaban a nadie, pero desarrollaron un lenguaje que sólo podían entender ellas.
Cuando empezaron a asistir a la escuela, ninguna mostró interés por aprender a leer o escribir, pero en casa las cosas eran muy distintas: tenían una obsesión por escribir página tras página de sus diarios, sin hablar del libro “Pepsi Cola Addict”, que ambas habían escrito.
Además de la escritura, las gemelas tenía una serie de juegos bastante extraños, como las apuestas constantes donde decidían quien se despertaría más temprano al día siguiente o tendría permiso para parpadear o respirar antes que la otra.
Odio entre hermanas.
Si bien se consideraban amigas inseparables, cada una guardaba un rencor inmenso por la otra. En algún momento Jennifer intentó estrangular a June, y esta última, como venganza, lanzó a su hermana de un puente. Pese a esto, los padres de las niñas sólo se dieron cuenta que había algo malo con sus hijas cuando llegaron a la adolescencia.
Marjorie Wallace acompañada de las gemelas Gibbons.
Para ese entonces, Jennifer y June ya se habían involucrado en casos de hurto y hasta incendios. Cuando cumplieron 18 años ambas fueron consideradas psicópatas, por lo que fueron enviadas a un hospital psiquiátrico en Londres donde vivirían los siguientes 14 años. En ese lugar, las gemelas tenían entrevistas frecuentes con la periodista Marjorie Wallace, considerada la única amiga de las hermanas y autora de un libro con sus biografías.
En uno de los encuentros con la escritora, ambas mencionaron que sólo podían ser normales si las separaban, lo que sucedería si sólo una de ellas moría. “Yo seré la que muera. Ya lo decidimos”, le habría dicho Jennifer.
Cierto día, cuando las estaban transfiriendo a un hospital con menos seguridad, Jennifer terminó muerta. El informe médico señaló un paro cardíaco por motivos desconocidos. Después, June regresó a vivir con la familia y el resto de su vida la llevó como una persona totalmente normal.