Los caballos acaban de ingresar a la tendencia humana por crear animales visualmente “atractivos”, aunque esto termine teniendo consecuencias sobre la salud. Los veterinarios han empezado a lanzar mensajes de advertencia sobre el riesgo de este tipo de acciones después que se popularizara en Internet la imagen donde se muestra a un potro parecido con un dibujo animado.
Estas prácticas de reproducción extremas ya han demostrado lo nocivas que pueden resultar en los animales: el pug y bulldog francés son razas de perro que frecuentemente tienen que batallar para respirar, pues con el paso del tiempo se fueron eligiendo aquellos con el rostro más achatado para satisfacer cierta demanda estética de los humanos.
Una práctica preocupante.
Los veterinarios sospechan que esta preocupante práctica ha empezado a implementarse con los caballos, esto después que una granja estadounidense pusiera a la venta un Colt árabe con un extraño perfil cóncavo, muy parecido a los caballos que aparecen en los dibujos animados.
El vendedor describió al animal como un avance en dirección a la “perfección”, pero los especialistas en equinos advierten que este animal puede tener dificultades para respirar y realizar actividades físicas con una nariz tan achatada.
Tim Greet, un especialista en equinos del Reino Unido y miembro del Servicio Veterinario Rossdales, en Newmarket, argumenta que si bien los árabes fueron conocidos por sus características “cóncavas”, este potro lleva las cosas “a un nivel ridículo” y menciona que esta clase de deformidad podría ser mucho peor en un caballo que en un perro.
“Los perros, de la misma forma que el hombre, tiene la capacidad de respirar por la boca, pero los caballos sólo pueden respirar por la nariz”, declaró en una entrevista a la revista Veterinary Record. “Yo creo que definitivamente los ejercicios serían limitados para este caballo”.
El Rey Magnum.
El Rey Magnum es un potro de 9 meses criado por la Orrion Farms, una granja que se especializa en caballos árabes con sede en Washington, Estados Unidos. Desde que se hizo público el video promocional a comienzos de octubre, bajo el título “No creerás lo que ven tus ojos”, la granja ha recibido la atención e interés de todo mundo.
“Este caballo es un trampolín para aproximarnos a la perfección”, garantiza el administrador de la granja y consejero de crianza en Orrion, Doug Leadley. Los veterinarios de Estados Unidos que analizaron al potro concluyeron que no tenía problemas médicos o respiratorios.
Hasta ahora, la reacción pública ha estado dividida. Algunas personas creen que el caballo es bello, mientras que a otras les parece una verdadera aberración.
Adele Waters, editora de Veterinary Record, menciona: “mis primeros pensamientos fueron, ¿se trata de algún truco de CGI? Muchos veterinarios especializados tuvieron una reacción parecida. Sin embargo, es un caballo real que fue criado para atender las demandas de un mercado particular al que le gusta una apariencia determinada. ¿Dónde terminará todo eso? ¿Es realmente tan malo para un caballo parecer un caballo y no un personaje de dibujos animados?”, cuestiona.
Los veterinarios (ingleses) están preocupados.
El presidente de la British Equine Veterinary Association, Jonathan Pycock, asegura que el caballo representa una variación radical a la norma. Advierte que la forma de la cabeza con una nariz chata “no sirve a ningún propósito funcional y podría poner al caballo en riesgo de sufrir problemas respiratorios”.
“Evidentemente, aunque resulte imposible hacer comentarios sobre un animal en particular basándose únicamente en evidencia fotográfica, como principio general, cualquier tendencia a la crianza de formas extremas que puedan afectar adversamente las funciones normales deben condenarse, por razones de bienestar”, agrega la Dra. Madeleine Campbell, especialista en reproducción equina, bienestar y ética animal así como directora del Equine Ethics Consultancy.
“Esto se aplicaría igualmente a la forma de la cabeza que podría comprometer la capacidad de respiración o alimentación normal o, por ejemplo, a extremos en tamaño animal que puedan comprometer la capacidad de dar a luz de forma natural”, concluye.