Ya lo dijo David Levy, el especialista en inteligencia artificial, que 2050 el sexo con robots será tan común como el sexo entre humanos.
Pero parece que los forever alone no esperan, y es que durante una exhibición en el Ars Electronica dejaron a Samantha, la robot sexual más famosa, casi inservible y tuvieron que sacarla del lugar para las decenas de reparaciones.
El hecho resultó traumático para su creador, Sergi Santos, quien contó que la muñeca con ojos azules y medidas perfectas tuvo que ser intervenida pues estabaprácticamente deteriorada.
"La abrazaron hasta el cansancio, la penetraron con los dedos, le manosearon los muslos y se montaron en sus piernas. Sus manos perdieron varios dedos y sus pechos estaban destrozados", contó.
Samantha cuesta alrededor de 72 mil pesos mexicanos, aunque hasta el momento únicamente se han vendido 15 ejemplares, pues Sergi ha realizado varias mejoras en ella.