Eli McCann decidió organizar un funeral por el 33º cumpleaños de su pareja para que, sin tener que morir, pudiera disfrutar del cariño de todos sus seres queridos y de todas las hermosas palabras que estos le dedicarían cuando falleciera.
La casa fue decorada con imágenes de la vida del cumpleañero y animó a los amigos y familiares a vestirse de negro, además, les dijo que ninguno debía dirigirle la palabra, lo que le permitió vigilar los movimientos de todos como si realmente fuera un fantasma.
la sorpresa lo dejó "sin palabras" lo que, probablemente, fue lo mejor puesto que ninguno de los asistentes iba a dirigirle la palabra de todos modos. El marido de Eli le animó a que se disfrazase como si fuesen a una cena importante.
Tras intentar que la gente no interactuase con Eli, este se sentó en una de las sillas y vio cómo se desarrollaba el evento. Su funeral de cumpleaños incluyó una presentación de diapositivas de fotos con la canción Wind beneath my wings de Bette Midler y, también, un programa creado por su madre y un obituario escrito por sus amigos.
Eli describió la escena como "tan encantadora, divertida y morbosa" y añadió que le "encantó cada segundo". Por suerte, Eli solo fue ignorado durante 30 minutos y pudo disfrutar junto a sus invitados de una experiencia que jamás olvidará.
El peculiar cumpleaños de Eli recibió cientos de 'me gusta' y comentarios en las redes sociales donde más de uno pedía que se le organizase una 'fiesta' similar. Ahora que se acerca Halloween, publica 20 minutos.
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