El polvo es uno de los principales enemigos de la humanidad. Es inevitable, produce alergias y estamos condenados a limpiar constantemente para mantenerlo a raya. Se filtra por todos los rincones de nuestro hogar e incluso nos acompaña al trabajo. Combatir este mal es muy importante, pues la acumulación de suciedad puede causar serios daños.
Muchos pueden tolerarlo, pero aquellos a los que produce alergia lo detestan más que a nada. Y, sin importar cuanto limpies, el polvo siempre vuelve a aparecer. ¿Alguna vez te has preguntado cómo se genera el polvo? En 2010, un grupo de investigación estadunidense publicó un articulo en la revista Environmental Science & Technology donde se revela el origen del molesto polvo doméstico.
El origen del polvo.
Bajo el liderazgo de David Layton y Paloma Beamer, la investigación determinó que el polvo es una mezcla de piel muerta proveniente de las personas y tierra transportada por el viento o en los zapatos. También aportan los muebles tapizados, las alfombras, el pelo de las mascotas e incluso la pelusa de nuestra vestimenta. Cuando todo esto se acumula en gran cantidad se forma lo que conocemos como bola de polvo.
En la investigación se determinó la forma en que este polvo de nuestros lugares comunes puede perjudicar la salud. En el polvo doméstico se pueden encontrar sustancias tan nocivas como el arsénico y plomo, que ingresan a nuestras viviendas por el aire o incluso el suelo. El 60% del arsénico contenido en el polvo proviene del aire, mientras el 40% restante se transporta en el calzado.
En cualquier sitio donde vendan productos para limpieza encontrarás las herramientas para hacer frente al polvo. Por otro lado, si padeces alergia al polvo lo ideal es consultar al especialista en el tema, el alergólogo. Tras una serie de exámenes, propondrá un tratamiento contra la alergia que hará tu vida un poco más llevadera.
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