Un par de amantes lesbianas sedujo a un amigo que acababa de recibir una herencia. Posteriormente lo asesinaron, desmembraron y utilizaron sus huellas dactilares en una app bancaria para vaciar su cuenta. Se trata de Maria Malveiro, de 19 años, y Mariana Fonseca, de 23, para quienes los fiscales portugueses solicitan la pena máxima tras protagonizar un asesinato extremadamente violento.
Las asesinas de Diogo Gonçalves.
Todo inició cuando la pareja supo que Diogo Gonçalves, de 21 años, acababa de recibir una herencia de 70 mil euros ($1.77 millones de pesos). Según información divulgada por la fiscalía, al poco tiempo sedujeron a Diogo hasta convencerlo de que les permitiera pasar una noche con él. El trato era que tendría relaciones sexuales con ambas. Las mujeres se aprovecharon de los sentimientos amorosos que Diogo tenía por una de ellas.
Motivado por los impulsos carnales y una gran ingenuidad, el hombre aceptó la propuesta. Según lo divulgado por el periódico Correio da Manhã, la primera en confesar el atroz crimen al juez fue Maria Malveiro, la más joven de las mujeres involucradas.
En el testimonio proporcionado por la dama, se revela que se inspiraron en un episodio de la serie Dexter para cometer el asesinato. Una vez que lograron seducirlo, lo citaron en una habitación de hotel donde consumieron bebidas alcohólicas y le propusieron a Diogo un baile de regazo. Pretendían ganar tiempo para que el somnífero disuelto en la bebida de la victima hiciera efecto. Tras atarlo a una silla, las mujeres empezaron a desvestirse hasta que el joven se desvaneció.
Macabro asesinato.
Malveiro asegura que en ese instante se arrepintió y lo reanimó. Sin embargo, Diogo volvió a desmayarse y ellas decidieron seguir adelante con el plan original. Asfixiaron al joven hasta la muerte y después cercenaron sus extremidades y la cabeza. Como si no fuera lo suficientemente macabro, utilizaron las manos para acceder a la app bancaria del muerto. Una vez dentro transfirieron todo el dinero a una cuenta que suponían segura.
Para disimular el crimen, decidieron mutilar el resto del cuerpo de tal forma que pudieran deshacerse del cadáver poco a poco. El cuerpo de Diogo se trasladó en dos partes: una en su propio automóvil y otra en el vehículo de sus asesinas. Mientras tanto, las mujeres utilizaban el teléfono de Diogo para registrar actividad en redes sociales y aplicaciones de mensajería. Así, sus conocidos no pensarían que el joven había muerto.
Mantuvieron la cabeza de su victima durante varios días hasta que, eventualmente, desecharon las extremidades en una cascada llamada Pego do Inferno, en la localidad de Tavira, en Algarve. Posteriormente, arrojaron el torso de Diogo al océano, en la ciudad de Sagres. Pretendían hacer pasar el asesinato por un suicidio, pues dejaron el automóvil de la victima con las puertas abiertas a orilla de un acantilado que da al mar.
Plan fallido.
Pero su plan falló miserablemente. El tronco de Diogo Gonçalves no cayó en el agua, sino en una saliente de roca seca a donde era imposible llegar a pie. Cuando la policía descubrió el torso cercenado del joven, inmediatamente concluyó que se trataba de un asesinato. Y es que nadie se arranca los brazos y la cabeza antes de saltar a un precipicio.
Con toda la información disponible en el teléfono de la víctima, resultó muy fácil dar con las asesinas. Ambas mujeres serán juzgadas por asesinato, robo, profanación de un cadáver, fraude y robo de vehículo. Maria acaba de salir de un periodo de 15 días en aislamiento tras acosar sexualmente a su propio abogado durante una visita de rutina.
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