En Noruega, un equipo de arqueólogos descubrió un antiguo templo de más de 1,200 años de antigüedad. Dados los registros históricos del paganismo que proliferó en esta región durante esa época, aquí habrían adorado a antiguos dioses nórdicos como Thor y Odín. No olvidemos que el cristianismo sería impuesto varios siglos después.
Los expertos señalan que el enorme templo, de 12 metros de largo, ocho metros de ancho y 12 metros de altura, se construyó en algún punto del siglo VIII. Además, durante los solsticios de verano e inverno funcionó como escenario para la adoración y sacrificios a los dioses.
Las culturas y tradiciones de los nórdicos se harían populares y temidas gracias a los vikingos. Estos grupos de guerreros y navegantes invadieron y colonizaron Islandia, Groenlandia, Canadá y varias regiones de Europa. Lo más interesante del hallazgo es que, según el arqueólogo Søren Diinhoff del Museo de la Universidad de Bergen, se trataría del primer templo nórdico localizado en Noruega.
“Es la primera vez que localizamos una construcción tan especial y bella”, señaló en una entrevista. “Los conocimos en Suecia y los conocimos en Dinamarca […] esto demuestra que también llegaron a Noruega”.
La construcción de estas enormes “casas de los dioses” inició a principios del siglo VI. Se trataba de edificaciones mucho más complejas comparadas con los sitios tradicionales al aire libre donde se adoraba a los dioses antiguos.
“Estamos ante una expresión de creencia más poderosa que la totalidad de los pequeños sitios de culto”, apuntó Diinhoff. “Probablemente, [el templo] esté relacionado con determinada clase social que lo construyó como parte de un auténtico espectáculo ideológico”.
La casa de los dioses.
El grupo de investigadores se congregó el mes pasado en Ørsta, un pequeño pueblo costero al oeste de Noruega. Previo a los preparativos para el desarrollo de un nuevo conjunto habitacional, los arqueólogos desenterraron los cimientos del antiguo templo. En el proceso también localizaron vestigios de los primeros asentamientos agrícolas en la zona, de entre 2,000 y 2,500 años de antigüedad. Además de un par de chozas que habrían albergado a un pequeño núcleo familiar y sus animales.
Sin embargo, las ruinas del templo a los dioses nórdicos son de una época posterior, cuando la zona estaba bajo el control de un grupo de elites. La distinción de clases en los pueblos escandinavos apareció tras la interacción con sociedades estratificadas del Imperio Romano y las tribus germánicas del norte de Europa.
Diinhoff señala que, en la Edad del Hierro, las familias más ricas asumieron el control del culto una vez que se estableció la sociedad por clases. Los nórdicos dieron forma a una religión más ideológica y organizada. De hecho, las casas de los dioses (como la descubierta en Ørsta) se inspiraron en las capillas cristinas que los viajeros observaban en el sur.
Aquellos templos nórdicos se edificaron con una torre alta sobre el techo principal. Según Diinhoff, este formato buscaba imitar a las torres de las primeras iglesias cristianas. Aunque el edificio de madera desapareció hace mucho, los orificios en el suelo permiten deducir su forma, incluidos los pilares centrales que soportaban la torre. Según Diinhoff, este estilo de construcción solo se empleaba en las casas de los dioses.
Por otro lado, una serie de pozos revela el tipo de actividades que se desarrollaron en este lugar. Allí se preparaba comida para celebrar fiestas religiosas, y los numerosos huesos de animales sugieren una tradición de sacrificios.
Tierra de tradiciones.
En las inmediaciones del templo también se localizó una enorme piedra blanca con forma de falo. Según los arqueólogos, es una representación del órgano genital masculino que formaba parte de los antiguos rituales de fertilidad nórdicos. En la casa de los dioses se celebraban eventos relevantes para el calendario pagano, como los solsticios.
Al interior del templo, varias estatuas de madera servían como representaciones de los dioses nórdicos. A ellas se les ofrecía comida, bebida y ocasionalmente metales preciosos. Es lógico suponer que allí estaba la figura de Odín o Woden (dios de la guerra), Thor (dios de las tempestades) y Freyr (dios de la fertilidad). Eran deidades tan importantes para la religión nórdica que dieron nombres a varios días de la semana en inglés, específicamente miércoles, jueves y viernes.
Como estos dioses sólo podían degustar la comida de los festivales en espíritu, el festín físico era apreciado por sus adoradores. “Estaban de buen humor, comían y bebían mucho. Creo que se divertían”, señala Diinhoff.
La antigua religión nórdica empezó a desaparecer en el siglo XI, cuando la monarquía en Noruega impuso el cristianismo por la fuerza. Inmediatamente, los sitios importantes para los paganos, como la casa de los dioses de Ørsta, fueron reducidos a cenizas y allí mismo edificaron los nuevos templos cristianos.
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