Las lesiones que dejan las succiones de la piel, que generalmente se producen en un momento erótico y de placer con la pareja, han causado graves efectos en la salud de aquellos que los lucen, así como varias muertes.
Es el caso de Julio Macías González, un joven de 17 años en la Ciudad de México que perdió la vida tras convulsionarse mientras cenaba con sus padres. Los médicos advirtieron que el coágulo del cuello se trasladó al cerebro, provocándole un derrame.
Esto ocurre porque en las succiones de los puntos blandos en la dermis, sobre todo en el cuello o en el interior de los muslos, los glóbulos diminutos llamados capilares se rompen. Ahora la responsable se encuentra prófuga.
Otro caso conocido es el de una neolandesa que en 2011 sufrió una parálisis parcial en el lado izquierdo de su cuerpo por culpa de un mordisco. "El coágulo se trasladó al corazón de la mujer, propiciando un ataque que condujo a la pérdida de movimiento", explicó el doctor Teddy Wu.