Recientemente, Japón lanzó un satélite que portaba un elevador espacial en miniatura, un dispositivo diseñado por investigadores de la Universidad de Shizuoka. Este prototipo servirá para hacer pruebas de un futuro elevador espacial a mayor escala que la empresa Obayashi Corporation espera construir en las próximas tres décadas. El objetivo es que el elevador sea completamente funcional para el año 2050.
Las ventajas y desventajas de subir al espacio en un elevador.
Konstantin Tsiolkovsky, un físico soviético apodado el “Padre de la Cosmonáutica”, fue pionero en postular la idea de un elevador espacial. Se trata de un proyecto sumamente atractivo para la exploración espacial pues, en teoría, resultaría más económico que un cohete convirtiéndose en una opción viable para que los humanos vayan al espacio. Pero existe un mar de dificultades técnicas que deben superarse antes.
Por ejemplo, actualmente no disponemos de un material lo suficientemente resistente para fabricar cables que soporten un elevador entre la superficie terrestre y el espacio. El estrés es tal que ni siquiera el material más fuerte desarrollado por los humanos, los nanotubos de carbono, es capaz de soportarlo.
El funcionamiento de un elevador espacial.
El principal problema es la fuerza centrífuga, que se hace mayor a medida que nos alejamos de la Tierra. Sin embargo, entre la superficie terrestre y el espacio exterior existe una franja donde la fuerza gravitacional y la fuerza centrífuga se equilibran a la perfección una contra la otra. Es una región conocida como órbita geosíncrona.
Y es precisamente aquí donde el personal de Obayashi tiene proyectada una estación espacial de algún tipo. El elevador se mantendría en su lugar gracias a la combinación de un contrapeso con la fuerza centrífuga.
Aunque no se haya declarado de forma explícita, resulta factible suponer que uno de los objetivos de la prueba que pretenden llevar a cabo los japoneses es analizar qué tan efectivo resulta el elevador a escala a determinado nivel de gravedad.
Otros aspectos de la prueba.
Ya hicimos referencia a la dificultad en torno al material que constituirá el cable del elevador, que además de ser lo suficientemente fuerte como para aguantar el peso de ascenso y descenso, también debe resistir el impacto de la basura espacial.
Tal vez el proyecto británico RemoveDebris, cuyo objetivo es recolectar la basura espacial mediante una red, termine colaborando con el proyecto japonés.
Obayashi tiene planes muy ambiciosos. Según lo especificado en el sitio de la compañía, además del elevador espacial planean construir una estructura en el centro de gravedad de Marte (una región sobre la Tierra donde la gravedad es exactamente igual a la que podemos encontrar en Marte) y un “portal de órbita baja” que sería utilizado para implantar y recuperar satélites.
Si quieres saber más tenemos una publicación con los proyectos de ingeniería de Japón más ambiciosos, o 10 hipotéticas megaestructuras espaciales.