La próxima vez que compres un elote, mates el hambre con un plátano o disfrutes de una deliciosa rebanada de sandía, no se te olvide que las frutas y vegetales que consumimos en la actualidad no siempre tuvieron el mismo sabor y apariencia. Los alimentos genéticamente modificados o transgénicos suelen ser el centro de amplios debates, aunque los humanos han venido manipulando la genética de nuestros productos predilectos desde hace miles de años.
Desde las deliciosas sandías hasta el maíz, aquí te presentamos algunos productos cuya apariencia y sabor era totalmente distinta antes que los humanos empezaran a cultivarlos como alimento.
El maíz salvaje vs maíz moderno.
Uno de los ejemplos más notables de cría selectiva es el maíz dulce (Zea mays L. var. rugosa), que fue criado a partir de una planta apenas comestible de teocintle (Zea perennis). El maíz natural, como el que aparece en la imagen, habría sido domesticado inicialmente en el 7000 a.C. y era tan jugosocomo una papa cruda.
En nuestros días, el maíz es mil veces más grande de lo que fue en el pasado y mucho más fácil de cultivar, cosechar y pelar. Por si fuera poco, el 6.6% del producto está compuesto por azúcar, comparado con el 1.9% contenido en el maíz natural. Casi la mitad de estas alteraciones tuvieron lugar a partir del siglo XV, cuando los colonos europeos empezaron a cultivar el alimento.
La sandía salvaje vs sandía actual.
Gracias a este cuadro de Giovanni Stanchi, pintado en el siglo XVII, podemos observar que la sandía tenía una apariencia totalmente distinta a la deliciosa fruta roja que disfrutamos en la actualidad. En la pintura, que habría sido realizada entre 1645 y 1672, se distinguen seis secciones en forma de remolino incrustadas sobre gruesas regiones de mesocarpio (la parte blanca).
Con el paso del tiempo, los humanos fueron seleccionando aquellas sandías que poseían un interior más rojo y carnoso, frutas donde la placenta era de mayor tamaño, como las que podemos observar en esta publicación. Algunos han llegado a sugerir que la sandía en la pintura de Stanchi no había madurado lo suficiente o no había sido debidamente regada; sin embargo, la presencia de semillas negras sugiere que la fruta estaba en perfecto estado de maduración.
La zanahoria salvaje vs zanahoria moderna.
La evidencia más antigua del cultivo de zanahoria data del siglo X en la región de Persia y Asia Menor. Se cree que la hortaliza original era púrpura o blanca con una delgada raíz bifurcada, como la que aparece en la imagen, aunque con el paso del tiempo fue perdiendo el pigmento púrpura y adquiriendo una coloración amarillenta.
Los granjeros se encargaron del resto: domesticaron las más delgadas, con raíces blancas, sabor fuerte y florecimiento bienal, convirtiéndolas paulatinamente en hortalizas más grandes, con raíces anaranjadas de sabor exquisito y de cosecha anual en invierno.
Plátanos salvajes vs plátanos actuales.
Se cree que los primeros plátanos (o bananas) fueron cultivados hace entre 7000 y 10000 años, en una región que actualmente pertenece a Papúa Nueva Guinea. Aunque la fruta también fue cultivada en el Sudeste Asiático. Los plátanos modernos provienen de dos variedades salvajes, Musa balbisiana y Musa acuminata, que eran mucho más grandes y con semillas duras, como los que aparecen en la imagen.
El híbrido entre estas dos variedades dio lugar al delicioso plátano moderno, una fruta mucho más práctica, ergonómica y fácil de pelar. A diferencia de sus ancestros, los plátanos modernos tienen semillas mucho más pequeñas, un sabor infinitamente superior y son una buena fuente de nutrientes.
El durazno salvaje vs durazno moderno.
En el pasado, los duraznos solían tener el tamaño de una cereza y muy poca carne. Se cree que fueron domesticados en torno al año 4000 a.C. por los antiguos chinos y que tenían un sabor terroso y ligeramente salado, parecido a las lentejas.
Pero los miles de años de crianza selectiva terminaron con duraznos 64 veces más grandes, 27% más jugosos y 4% más dulces.
La berenjena salvaje vs berenjena actual.
En el transcurso de la historia las berenjenas han tenido una variedad de formas y colores (incluidos el púrpura, blanco, amarillo y azul celeste). Algunas de las primeras berenjenas fueron cultivadas en China, y aquellas primitivas versiones presentaban una serie de espinas en el sitio donde el tallo de la planta se conectaba a la flor.
Solanum incanum
Pero la cría selectiva eliminó estas espinas y dejó una planta con un fruto mucho más grande, familiar y de color púrpura que puedes encontrar en cualquier supermercado.
La próxima vez que alguien te diga que no consume transgénicos, puedes embarrarle en la cara la imprecisión de tal afirmación.