lunes, 19 de febrero de 2018

los caballeros medievales

En nuestros días, ser un caballero parece una profesión que ofrecía cierto glamour. Sin embargo, la época en que estos personajes llegaron a existir (Edad Media) se distingue precisamente por la clase tan extrema de violencia que imperaba en todas partes y a todo momento. Pese al carácter romántico que se les ha atribuido a estos personajes, los caballeros medievales hacían mucho más que proteger castillos. Y dedicarse a esta profesión era una tarea sumamente peligrosa, incluso tras la protección que ofrecían las armaduras. Hoy te invitamos a descubrir algunos de los hechos más sorprendentes sobre los caballeros medievales, pues entre yelmos, espadas, escudos y armaduras se ocultan verdades que muchos ignoran por completo.
Dos caballeros medievales de aspecto aterrador

Imagina lo tortuoso que era asistir a un extenuante entrenamiento durante 12 (tal vez más) años simplemente para tener “el privilegio” de ir a la guerra. Evidentemente, aquellos que lograban superar esto eran premiados con prestigio, tierras y momentos agradables con mujeres casadas. Era un sacrificio enorme, y muchos morían intentándolo.
Evidentemente, existían intervalos de paz donde los caballeros llevaban una vida relajada. Pero con nuevos conflictos religiosos suscitándose aquí y allá prácticamente a diario, no había mucho tiempo libre para que los caballeros medievales se dedicaran a rescatar damiselas en aprietos. Tras haber cumplido con sus responsabilidades militares anuales, los caballeros se dirigían a descansar a sus tierras libres (o a gobernar a los campesinos que vivían en ellas), otros optaban por incursionar en la política, ir a la iglesia o simplemente de cacería.
Muchos jóvenes varones que nacían en la noble línea de señores o caballeros se enfrentaban a problemas inmensos para obtener estos títulos. Un título de caballero significaba tener una vida normal con algunas ventajas para compensar los grandes riesgos que implicaba la profesión. Sin embargo, en la Edad Media la vida era un poco más corta y monótona. En aquella época parecía más importante vivir poco y morir como un héroe que llegar a viejo como un simple campesino.
Échale un vistazo a algunos datos curiosos sobre los caballeros de la Edad Media.

Viaje de un caballeor medieval ilustracion
Se cree que los primeros caballeros se originaron entre las órdenes ecuestres del Imperio Romano.
Como tal, el título de caballero nació cuando el emperador romano Carlomagno instituyó una orden de caballería bajo un sistema feudal en el siglo IX.
Parte superior armadura caballero
En inglés, el término caballero (knight) deriva de “cniht“, un término anglosajón para “joven”.
Además de ofrecer protección al rey, los caballeros también servían como jueces, asesores políticos e incluso como campesinos.
La vida en el medioevo
Un caballero debía llegar al mundo en cuna noble, generalmente como hijo de otros caballeros o señores.
El código de un caballero le exigía, entre otras cosas, jamás tener algún tipo de asociación con los traidores, nunca ofrecer malos consejos a una dama y asistir todos los días a la misa cristiana.
Caballero mediebal en la noche
Entre caballeros y damas se permitían las demostraciones de amor independientemente del estado civil, hecho que generó multitud de acusaciones en los tribunales sobre amoríos ilícitos.
La Orden del Hacha fue una orden militar de caballería donde se honraba a las damas y les permitían conseguir un título comúnmente reservado a los varones.
Dos caballeros medievales pelean

Las armaduras completas de secciones o placas aparecieron alrededor del siglo XV, y su peso promedio era de 22 kilogramos.
Las escaleras en espiral que pueden encontrarse en los castillos medievales fueron diseñadas para que los ejércitos de caballeros invasores tuvieran dificultades al subir.
Sepultura de un caballero medieval
La armadura de un caballero era un símbolo de estatus: entre mejor era la armadura, más importante era el caballero.
Independientemente del código de honor, la reputación de los caballeros era frecuentemente asociada con el robo y el pillaje, sobre todo cuando estaban aburridos.
El cid campeador
El Cid, caballero español que figura como uno de los comandantes de guerra más venerados en la historia, solía llevar consigo textos militares griegos y romanos que leía en voz alta a la tropa antes de dirigirse a la batalla.
Los torneos que se celebraban a inicios de la Edad Media solían presentar combates entre caballeros de la misma casa como una forma de entretenimiento para la multitud. Estas batallas comprendían las famosas justas, pero también un peligroso combate desorganizado que se asemejaba a uno real.
Caballero galopando
La caballería se fue haciendo más refinada a medida que avanzó la Edad Media, y a menudo se requería a los caballeros para la práctica del baile.
Se esperaba que los caballeros sirvieran a la milicia solamente 40 días al año, aunque en tiempos de guerra su servicio podía extenderse de forma indefinida.
Representación de un combate entre caballeros mediebales
Como pago por su servicio militar, los monarcas solían otorgar porciones de tierra, llamadas feudos, a los caballeros.
Si un caballero era deshonrado en batalla, se le cortaban las espuelas y lo obligaban a portar el escudo boca abajo.
Espuelas caballero medieval
Conseguir un título de caballero implicaba avanzar a través de diversas etapas. Los jóvenes primero debían desempeñarse como pajes (sirvientes del rey) y después pasaban a ser escuderos (sirvientes de caballero) antes de convertirse en caballeros alrededor de los 21 años.
A los escuderos se les exigía dominar ciertas habilidades como nadar, bucear, escalar, pelear, la esgrima y el salto de larga distancia – con o sin armadura.
Espada
El título de caballero se ganaba realizando alguna hazaña que implicara el uso de algún tipo de arma.
Todos los caballeros eran sometidos a una “purificación”, un acto ceremonial donde diversas reliquias y sacramentos se colocaban sobre la empuñadura de su espada. Se creía que este acto los unía con Dios.

La caballería militar llegó a su fin tras el período Tudor (entre 1485 y 1603). Después de esto, el título de caballero pasó a funcionar como un mero título honorífico.