Existe un debate, que poco a poco va tomado forma, sobre si la Internet arruina las las relaciones humanas destruyendo nuestra capacidad para socializar en persona. Muchos de los jóvenes que crecieron detrás de una pantalla de computadora no saben con certeza cómo se debe tratar, con respeto, a una persona. Los insultos gratuitos de los trolls, que abundan en cantidad en los sitios y foros, impregnan el vocabulario de algunos adolescentes, y no vamos a ir más lejos, basta con darse una vuelta por cualquier fanpage de Facebook para tener una muestra de ello.
La cuestión es que la facilidad con la que podemos “coquetear” a través de Internet y el aumento de la misma afectó el funcionamiento de la pareja moderna. Encontrar una definición universal para el acto de traición es menos interesante que entender lo que realmente representa para nuestro comportamiento estosactos de infidelidad en línea. La sabiduría heredada fomenta la idea de que las relaciones a través de la Red no son reales, son fantasías intensas, versiones destiladas del deseo, o un reflejo sombrío de nuestros deseos reales. (Y basta con darse cuenta de la cantidad de hombres que hacen homenaje a Onán frente a su computadora, mientras sus mujeres duermen en la otra habitación).
Por ejemplo, un hombre casado sale de viaje de trabajo y cuando estás en otra ciudad, sale a cenar con un amiga. Después, por correo electrónico, confiesa lo que siente por ella. Todos sabemos que el alcohol desinhibe, pero la protección de la pantalla del ordenador también parece causar la misma sensación. La pantalla ofrece una especie de valentía relativa porque muchos sienten que lo que hacen o escriben desaparece una vez que se apaga el ordenador, por lo que sus acciones podrían ser inconsecuentes en su “vida real”. Continuando, el hombre rápidamente envía correos electrónicos que describen sus fantasías a su amiga, ella intenta decirle que no le interesa, pero él hace caso omiso de ello. Luego llena su bandeja de entrada de correos electrónicos diarios. ¿Esto podría ser considerado una relación real? ¿Está engañando a su esposa? ¿O simplemente juega con fantasías como si se encontrara en un sueño?
Evidentemente, las relaciones a través de programas de mensajería instantánea y de correo electrónico se prestan más a las proyecciones que las relaciones normales. Cuando se envía un mensaje de texto o se escribe para alguien que se conoce bien, el medio se presta a la interpretación personal -al placer unilateral de la expresión- el contenedor se reduce simplemente a una idea.
Otro ejemplo, un hombre de negocios casado, inquieto, con niños pequeños en casa, envía una solicitud de amistad en Facebook a una conocida virtual. Ella lo acepta y devuelve un mensaje que dice:
– “Gracias por aceptar. Estaba un poco nervioso al enviar la invitación.” Ella responde:
– “¿Por qué estás nervioso?” A lo que él responde:
– “Las razones de siempre de un hombre casado” El tan poco tiempo él comienza a tener fantasías con esta persona, ya que nunca se conocieron en la vida real a pesar de tener amigos en común. Esto es mucho menos dañino para la familia que lo espera en casa que la relación anterior, sin embargo, no es tan inocente como un sueño, ya que incluso de forma abstracta, existe otra persona.
En cierto sentido, es claro cómo Internet permite que las personas a trasciendan, experimenten e incursionen sin llegar a engañar a sus parejas. Podría interpretarse como una forma de traición cobarde, poco esfuerzo de compromiso con las reglas, una especie de barrera protectora. Sería muy fácil decir que una relación en línea no es física ya que hay niveles muy gráficos que estas relaciones pueden alcanzar, sin embargo siguen siendo adulterios seguros, a escondidas.
Existe una interpretación -un tanto ingenua- de que las palabras y las fotografías “no cuentan” de la misma manera que el contacto físico, o sentarse y compartir una cena con velas. Las personas que asumen que las palabras no trascienden de la misma forma que una cena romántica nunca recibirán un correo electrónico que aproxime al remitente y al destinatario más que mil cenas románticas. La palabra escrita puede llevar un mensaje tan íntimo que podría representar una nueva vida para el noviazgo romántico, no su fin. Deberíamos redefinir el aspecto “real” de una persona en línea de una persona normal, ya que el mensaje de la palabra escrita puede ser más real que las horas que se comparten en la misma casa con alguien.
Con nuestra ávida y culposa relación con la tecnología, tendemos a pensar (erróneamente) que la cuestión de cómo las palabras, o la distancia, afectan una relación son problemas nuevos. En el pasado, cuando era más difícil moverse y la escritura de cartas era algo muy común, existían casos de muchas parejas que vivían grandes y emotivas relaciones a través de cartas.
De modo que, al final, la Internet sigue inocente como una hoja de papel en blanco. Ella no hace más que proporcionar los medios para recibir nuevas palabras, crear “nuevos monstruos”, revela vicios ocultos y deshacer las relaciones. El agente activo sigue siendo el hombre y su inclinación por encontrar en las cosas buenas que puede hacer un pretexto para equivocarse.
♥ Feliz día del amor y la amistad ♥