Un hombre consiguió que un juez fallara a su favor cuando solicitó el divorcio luego de descubrir que su esposa, de apellido Lin, sólo se baña una vez al año y ocasionalmente se cepilla los dientes.
El Tribunal de Distrito de la ciudad de New Taipéi, en China, escuchó sus argumentos y los abogados afirmaron que su cliente había sufrido tortura psicológica al verse forzado a permanecer al lado de la mujer. Según el demandante, la joven solía asearse cuando eran novios, pero todo empeoró después de la boda.
La situación se prolongó varios años hasta que en 2015 el afectado abandonó el hogar y tiempo después la mujer se presentó a exigirle que regresara. No obstante y para fortuna del varón, el juez aseguró que tras una separación de 24 meses, la relación difícilmente funcionaría.