Los primeros escritos atribuibles a lesbianas datan del cuarto milenio antes de Cristo en Babilonia y en lengua sumeria, tales escritos relatan con claridad el amor de una mujer por otra. Parecía ser un comportamiento erótico/amoroso habitual y no era objeto de sanción alguna en la época…
La más célebre y pionera de las mujeres lesbianas es sin duda Safo la poetisa de la isla de Lesbos. Vivió en torno a los años 630-560 antes de C. Mujer muy admirada en el mundo griego por sus dotes humanas, líricas e intelectuales. Poetisa delicada y lírica nos ha dejado una forma métrica para la poesía.
Safo dirigió lo que hoy conocemos como un colegio interno de chicas, hubo otros muchos en la época. Se llamaba la Casa de la sirvientas de la musas, tenía carácter religioso y en ella las chicas se instruían en disciplinas como la danza, la música y la poesía. Para otros autores el propósito de su escuela era instruir a sus alumnas en el arte del matrimonio. Su poesía refleja apasionadas amistades amorosas y eróticas con sus pupilas y entre ellas.
Safo estaba casada y tenía una hija, ya que en aquella época tanto en Grecia como en Roma existía la posibilidad total de compaginar relaciones heterosexuales y lésbicas, sin que ello fuera motivo de escándalo o censura. Su influencia en los 2500 años siguientes fue muy fuerte. Sirve como anécdota contar que en el siglo XVIII, durante la Revolución Francesa, la reina María Antonieta fue acusada de liderar un grupo llamado las safistas.
Si bien el lesbianismo como se entiende hoy, sólo se refleja en el siglo XX, Safo marca una historia de más de dos milenios de amor entre mujeres. Safo acabó suicidándose tirándose al mar desde una peña, según algunos autores loca de amor por Faon, un joven despectivo, según otros es más probable que se suicidara por el amor de una mujer.
Puede ser ilustrativo decir que la Iglesia Católica ordenó quemar en Roma y Constantinopla en el año 1073 todas las copias de los poemas de Safo de Lesbos, solo se han logrado reconstruir a partir de antiguos pergaminos un tercio de ellos.
Cortesía de la CHACHA MALCRIADA
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