viernes, 4 de junio de 2021

El Toque Real

 


Existía en la Francia e Inglaterra medieval la superstición de que las manos del Rey curaban algunas enfermedades, como ciertos tipos de pestes y la escrófula. Para ello los reyes se valían del llamado Toque Real, ceremonia donde el Rey curaba al súbdito enfermo mediante un ritual de imposición de manos. 

Tenemos testimonios de esta creencia, que permitía a reyes y dinastías completas legitimarse a ojos del pueblo por derecho divino, en la carta que un clérigo de origen francés llamado Pierre de Blois escribió, hacia 1180 refiriéndose a Enrique II de Inglaterra: 

“Lo confieso, asistir al rey es [para un clérigo] cumplir una obra santa; porque el rey es santo: él es el Cristo del Señor; no en vano recibió el sacramento de la unción, cuya eficacia, si acaso alguien lo ignorase o lo pusiera en duda, sería ampliamente comprobada por la desaparición de aquella peste que ataca la ingle y por la curación de las escrófulas”

Aunque a día de hoy no sabemos exactamente a qué enfermedad se refería el buen clérigo, pues no hay constancia documental de una epidemia de peste bubónica (inguinal) por aquellos años, sí puede servirnos como prueba de que ya en aquella época la creencia en este don había pasado de Francia a Inglaterra y se había instaurado en el imaginario colectivo.

El mayor investigador y defensor de esta tesis fue el historiador ya fallecido Marc Bloch. Hoy en día algunos historiadores ponen en duda la exactitud de la tesis de Marc Bloch con respecto a esta creencia. Sin embargo, aunque haya debate sobre el origen y el momento exacto en el que el Toque Real convivió con las supersticiones de siervos y nobles, lo que es seguro es que se mantuvo viva el suficiente tiempo como para acabar formando parte del folklore de esta zona de Europa como puede observarse en numerosas leyendas y en la obra del reverendo Robert Kirk: la Comunidad Secreta. 



Cortesía de Doña Coco

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