viernes, 2 de marzo de 2018

Una épica guerra entre emus y humanos

La Primera y Segunda Guerra Mundial figuran como los peores conflictos bélicos en la historia de la humanidad, tal vez es algo que hayas escuchado hasta el cansancio, pero seguramente desconoces que en este inter otra guerra de características surrealistas fue librada en territorio australiano:soldados humanos contra un “ejército de emus”.

Emu bebiendo agua
Como no podía ser de otra forma tratándose de animales extremos, nos ubicamos en el año de 1932 en Australia, tierra de exóticos animales salvajes que podríamos dividir entre aquellos considerados lindos y tiernos, como los canguros, y los que solamente podríamos encontrar en nuestras peores pesadillas, como las serpientes, arañas, cocodrilos, dragones marinos y toda clase de insecto en versión extra large. El emu es una de estas aves autóctonas de Australia, y de la misma forma que otros eventos, este increíble conflicto surgió por una disputa territorial.

La invasión de los emus.

En aquella época el área pasaba por una terrible sequía y los emus, en plena temporada de apareamiento, buscaban tierras más fértiles y con un suministro abundante de agua. En su búsqueda, una bandada conformada por aproximadamente 20 mil emus encontró este oasis en el distrito de Campion, en Australia Occidental, un sitio inmejorable para llevar a cabo su misión de perpetuar la especie.
El problema era que este “paraíso” estaba conformado por grandes plantaciones de granjeros que habían recibido incentivos económicos gubernamentales para expandir su producción tras la Gran Depresión de 1929.
Emu cabeza
Como puedes imaginar, en cuestión de días la convivencia entre hombres y emus se convirtió en un auténtico infierno. Con casi 2 metros de altura (conformados en su mayoría por patas musculosas), un emu en la adultez puede alcanzar velocidades de hasta 50 km/h. En otras palabras, tratar de atraparlos a pie era realmente una tarea imposible.
Las trampas y el veneno tampoco surtían gran efecto, y aquellas plantaciones estaban siendo devoradas incluso antes que pudieran cosechase. Entonces, los humanos decidieron declarar la guerra a los emus.


Australia declara la guerra a los emus.

El Ministro de la Defensa en Australia solicitó la colaboración de todos aquellos soldados que vivían en la región y hubieran participado en la Primera Guerra Mundial para hacer frente a estos animales: los hombres aceptaron y regresaron a sus hogares armados hasta los dientes, confiados de que lograrían la victoria.
Para que nos demos una idea de la importancia de esta misión, incluso encomendaron una producción cinematográfica para mostrarle a la población el exitoso despliegue del ejército en esta misión.
Pero, alcanzar con un proyectil a un emu no era nada sencillo: además que su habilidad para correr les permitía esquivar las balas y poner distancia con cierta facilidad, el armamento utilizado no gozaba de mucha calidad y además del corto alcance, otro gran problema era que se encasquillaba con facilidad.
Incluso el Mayor al frente de la misión terminó rindiéndose ante las “tácticas de guerrilla” de los emus. “Si contáramos con una división capaz de soportar artillería como lo hacen esos pájaros, podríamos hacerle frente a cualquier ejército del mundo. Hacen frente a nuestras ametralladoras con la misma invulnerabilidad de un ataque”, habría declarado en la época.
Recorte periodico guerra emus
Tras aproximadamente 30 días de “batalla” en los que se dispararon un estimado de 10,000 balas, la misión del ejército quedó oficialmente cancelada. Según consta en documentos oficiales, un total de 986 emus fueron abatidos y 2,500 resultaron con heridas que les condujeron a la muerte. Evidentemente, en el ejército australiano no se presentaron bajas.

La “victoria” de las aves.

Tras el enorme fracaso en la guerra contra los emus, se aislaron las plantaciones con muros y cercas, y se ofrecían recompensas por la cabeza de cada pájaro muerto. Esto resultó mucho más efectivo pues hasta el año de 1934, una población aproximada de 60 mil emus había sido diezmada en Australia.
La recompensa por la cacería de estos animales se mantuvo hasta la década de 1960, y tras diversas protestas internacionales para brindar protección a la especie, en 1999 los emus quedaron oficialmente protegidos por la ley australiana.

En la actualidad, la población de emus asciende a 700 mil individuos. No existe duda de que las aves ganaron la guerra.