El pene es un órgano de placer sexual que para funcionar necesita estar en forma y sencillamente hay que saber cómo cuidarlo. Sí, porque del mismo modo que excita, puede generar dolor.
Para empezar, el miembro masculino por excelencia debe lavarse todos los días durante el baño con el objetivo de que los residuos de semen no se acumulen en el glande. Si el tuyo no está circuncidado, jala suavemente el prepucio hacia abajo y deja que le caiga abundante agua.
¿Difícil? Para nada, es como un masaje que termina cuando el pene se seca con un pañuelo exclusivo para él. Así se evita la formación de hongos, según Sexlecciones.
Ahora, si en algún momento te sorprende una erección imprevista, tan sólo piensa en algo cero sensual y espera a que baje sola pero por nada lo empujes o lo obligues a descender porque podrías ocasionarte una lesión en ligamentos, tendones y músculos del miembro.
Cuando estés de vacaciones en la playa, protege tu pene de los rayos del sol, pues estos podrían irritar su piel. Y por último, si quieres obsequiarte un regalo, realiza ejercicios de Kegel para tener más y mejores orgasmos.