miércoles, 7 de marzo de 2018

¿Son más felices las personas religiosas o las no religiosas?

¿Qué es lo que nos hace felices? No cabe duda que es una de las cuestiones más difíciles de responder. El significado de felicidad ha sido motivo de debate a lo largo de toda la historia. Bertrand Russell, Jean Jaques Rousseau, Jeremy Bentham y Aristóteles son algunos personajes del gigantesco grupo de filósofos, pensadores y activistas que llegaron a considerar la felicidad y la satisfacción de vivir como uno de los objetivos principales de la motivación humana.

Hombre sonriendo en medio de una carretera
Sin embargo, felicidad y satisfacción de vivir pueden ser conceptos difíciles de definir. Aunque ambos conforman aquello que conocemos como bienestar personal, las emociones individuales, los sentimientos y el humor podrían agruparse en la felicidad. Mientras que la satisfacción de vivir implica el particular punto de vista que cada individuo tiene sobre su propia vida como un todo, incluyendo relaciones con otros individuos.
Hay estudios donde se sugiere que un “individuo feliz” podría definirse como aquella persona joven, saludable, educada, bien remunerada, extrovertida y optimista. En esta investigación también se concluyó que las personas más felices suelen ser aquellas que poseen una religión, están casadas, tienen gran autoestima, valores morales, trabajo y aspiraciones modestas. Esto apunta a que el género y el nivel de inteligencia no influyen mucho cuando se habla de felicidad.
En otra investigación relacionada se sugiere que, en nuestro planeta, el 84% de los humanos pertenecen o están vinculados de alguna forma con un grupo religioso. A partir de aquí, es que la investigación del Dr. Kayonda Hubert, especialista en salud mental del Departamento de Política Social y Trabajo Social de la Universidad de York, se enfoca en determinar si las diversas religiones experimentan distintos grados de felicidad y satisfacción en la vida.
En los resultados pudo observarse que la religiosidad individual y el nivel de desarrollo de un país terminan influyendo en la felicidad de las personas y en la satisfacción sobre sus vidas.

Las religiones más y menos felices.

Dicho estudio comprendió el análisis de un gran número de religiones en una centena de países, de 1981 a 2014, empleando datos de la Encuesta Mundial de Valores (EMV).
En las conclusiones los católicos romanos, protestantes y budistas figuran como los más felices y satisfechos con sus vidas compararlos con otros grupos. Musulmanes, hindúes, judíos y aquellos que no profesan religión se encuentran en un término medio, mientras que los cristianos ortodoxos muestran niveles más bajos de felicidad y satisfacción con sus vidas.

En la investigación se encontró un gran número de factores positivamente asociados a la felicidad y satisfacción con la vida. Hablamos de aspectos como ser protestante, mujer, casada y joven (entre los 16 y 24 años de edad). Las condiciones financieras de la familia también influyen, así como la libertad de elección y el estado de salud.
El orgullo y la confianza en la nación también resultaban importantes en los rankings de felicidad, de la misma forma que tener amigos, familia y tiempo de ocio. Además, dedicar un tiempo a la semana a asuntos religiosos también figuró como un factor importante. Por otro lado, el desempleo y los bajos ingresos fueron factores negativamente asociados a la felicidad y satisfacción con la vida.
Las religiones más populares del mundo
Cuando se analiza con mayor detenimiento la magnitud de la asociación entre los factores antes mencionados con la felicidad y satisfacción de vida se concluye que la salud, solvencia financiera y libertad de elección, así como el control sobre la vida propia, figuran como factores relevantes. Sin embargo, se requiere profundizar en las investigaciones para entender porque algunos grupos religiosos son más felices y muestran un mayor grado de satisfacción que otros.

La importancia de la satisfacción de vida y felicidad en la sociedad moderna.

El interés por investigar el bienestar de las personas surgió apenas en los últimos años y gracias a economistas como el premio Nobel Joseph Stiglitz, que sugieren es hora de reemplazar el énfasis en la medición de producción económica por una medición en la felicidad y satisfacción personal de los individuos.
Sin embargo, convertir la felicidad humana en una guía general para el progreso de la humanidad necesita de información muy clara sobre la calidad de vida humana, algo que desafortunadamente falta en muchos países.
Amo la vida
Por ahora, quizás resulte beneficioso que tanto individuos como gobiernos adopten una psicología positiva. Un nuevo estudio señala que aquellas instituciones educativas donde se enseña psicología positiva mejoran de forma radical la felicidad de sus alumnos en países tan diversos como Perú, Bután, China y Australia.

Es evidente que aunque la felicidad pueda tener diferentes significados para personas diferentes, contamos con principios fundamentales de unión que nos vuelven más propensos a sentirnos felices o infelices. Los resultados de este estudio sugieren que cuando se mejoran las condiciones de acceso al sistema de salud y se apoyan las necesidades financieras básicas, los gobiernos hacen una parte importante en el camino para impulsar el bienestar de las personas y la satisfacción con la vida propia.