Como a muchas otras personas en el mundo, a este hombre de 32 años llamadoAdam Curlykale le encanta decorar su cuerpo con tatuajes. Sin embargo, destaca entre los amantes de la práctica por la cantidad de tinta que poseen la piel. Específicamente, un 90% de su cuerpo está tatuado, y es un porcentaje que no se limita únicamente a su piel, pues los ojos tatuados también forman parte de su proyecto.
El tatuaje como filosofía de vida.
Los tatuajes que lleva sobre la piel los ha diseñado él mismo, pues asegura tener una visión específica de sí mismo y disfrutar hacer los diseños paso a paso. “La vida es demasiado corta y he dejado de imaginar lo que sucederá el día de mañana. La vida es aquí y ahora”, explica según su filosofía.
El primer tatuaje se lo hizo al cumplir las 20 primaveras, y contrario a la apariencia radical que podemos ver hoy sobre su cuerpo, aquel era bastante pequeño y minimalista. Con el paso del tiempo, terminó cubriéndose con multitud de tatuajes.
Además del diseño, el proceso de tatuado corre a cargo del propio Adam, con la asistencia de un amigo tatuador para trabajar en aquellas regiones del cuerpo a donde le es imposible llegar. La meta de este hombre es cubrir un 99% de su piel, aunque no especifica cuál será ese 1% que quedará sin tatuar.
Marginación social.
Según el propio Adam, su apariencia tan extravagante le ha permitido desarrollar más su autoestima tras sufrir problemas de salud mental y recibir un diagnóstico de cáncer. Desde su punto de vista, los tatuajes lo ayudan a descubrirse y sentirse bello.
Desafortunadamente, sus compatriotas no ven con buenos ojos sus gustos y, de hecho, alguna vez llegó a ser agredido en Polonia a causa de su apariencia. “No me toman en serio pues, ¿cómo podrías tomar en serio a una persona que luce así?”, dice Adam. Además de lograr su objetivo de cubrirse casi por completo el cuerpo con tatuajes, espera algún día encontrar el amor de una persona que lo acepte tal y como es.