Una mujer estadounidense de 25 años de edad trajo al mundo un bebé que se desarrolló a partir de un embrión congelado hace más de dos décadas. Emma Gibson fue concebida en 1992 a través de una fertilización in vitro, y nació el pasado 25 de noviembre de 2017, por lo que está a punto de cumplir su primer mes de vida.
Madre e hija concebidas en la misma época.
Era la situación del matrimonio Gibson. Dado que no podían tener bebés propios, optaron por adoptar a un embrión generado a partir de otra pareja. En el momento en que se concibió el embrión de Emma, Tina Gibson estaba cumpliendo un año de edad. “¿Te das cuenta que tengo 25 años? Si la bebé hubiera nacido en su momento, tendría edad para ser una de mis mejores amigas”, comentó la madre a un reportero de WBIR, una emisora de televisión local.
Dado que este proceso de donación de embriones es anónimo, aunado a que la pareja que adopta no suele hacerlo público, resulta imposible saber si Emma es la bebé probeta más vieja del mundo. Sin embargo, hasta la fecha ningún especialista ha manifestado conocer caso alguno donde el intervalo entre la concepción y el alumbramiento supere los 24 años.
El bebé probeta más antiguo.
“Si no es la más vieja, está entre las más viejas”, aseguró David Adamson, CEO de una clínica de fertilidad en California sin ningún tipo de asociación con el caso, a la BBC. “No tengo conocimiento de algún reporte médico donde un embrión más viejo que este haya resultado en un bebé exitoso”. De acuerdo con la evidencia científica, el tiempo que un embrión pasa congelado no tiene relación alguna con la probabilidad de que el embarazo resulte bien o que el bebé presente problemas congénitos.
Esta implantación se llevó a cabo en el Centro Nacional de Donación de Embriones (NEDC), una institución católica en Farragut, Tennessee, que adopta embriones “sobrantes” de las fertilizaciones in vitro y los dona a parejas religiosas con problemas de fertilidad. La pareja y la institución aseguran que su intención no era romper ninguna marca: el embrión fue elegido porque los padres biológicos eran parecidos físicamente a los adoptivos.