Los gatos son animales particulares con una forma de comportarse bastante peculiar, podría decirse que única. Quienes tienen a un gato como mascota probablemente se hayan divertido con los arranques temperamentales de estos felinos, que de un momento a otro pasan de la completa inercia al más brusco de los movimientos sin ningún tipo de aviso. Desde el punto de vista humano, los gatos deben estar locos.
Esta euforia tras la defecación no tiene una explicación definida, pero entre las hipótesis que pretenden explicar este comportamiento se maneja el hecho de que, tras abandonar rastros propios en determinado espacio, los gatos experimentan un miedo natural de que un depredador pueda localizarlos.
Otras teorías.
Otra teoría se apoya en el hecho de que los gatos, durante las primeras semanas de vida, reciben la asistencia de la madre que lame la parte trasera después que han hecho sus necesidades para dejar todo limpio, por esto, el acto de correr sería una declaración de independencia, demostrando que son adultos y que pueden limpiarse por su cuenta.
Una tercera hipótesis hace referencia al nervio vago, presente tanto en gatos como en seres humanos, a través del tronco encefálico. Dicho nervio, tanto en felinos como en humanos, puede estimularse a través de la defecación, disparando una sensación placentera que, al correr, el gato simplemente puede estar disfrutando al máximo.
El hecho es que aún no existe un veredicto final sobre esta peculiar reacción de los gatos tras una visita al baño. Como sea, lo ideal es mantener la caja de arena siempre lo más limpia posible, para que se les facilite más el acto de ir al baño y, evidentemente, nosotros podamos divertirnos con sus comportamientos.