Corría el año de 1912 y un joven activista político llamado Benito Mussolini se integraba a las filas editoriales del Avanti!, el periódico del Partido Socialista Italiano. Se mantuvo publicando hasta comienzos de la Gran Guerra en 1914, cuando se separó del partido debido a la discusión sobre si Italia, entonces neutral, debía ingresar al conflicto.
Mussolini estaba a favor de la intervención, pero el Partido quería al país fuera de la guerra. Mussolini renunció al Avanti! y puso en marcha los planes para crear su propio periódico, Il Popolo d’Italia.
Sin embargo, el proyecto requería dinero y Mussolini no lo tenía. Para su fortuna, se involucró con una mujer que podía financiarle el capricho – Ida Irene Dalser, dueña de un salón de belleza en Milán. La pareja pronto llegó al altar; Dalser vendió el salón y empeñó sus joyas para obtener el dinero que Mussolini necesitaba para lanzar su periódico. En 1915, la mujer dio a luz a su primogénito, Benito Albino Mussolini.
Benito Jr. tenía sólo un mes de edad cuando Mussolini abandonó a la familia. Se casó con otra mujer llamada Rachele Guidi, aparentemente sin divorciarse de Ida.
El ascenso del dictador.
Cuando Italia se involucró en la guerra en 1915, Benito Mussolini se unió al ejército, y tras el conflicto regresó a la política, fundando el Partido Nacional Fascista en 1921. Fue electo para el parlamento italiano ese mismo año, y en 1922 lideró a 25,000 paramilitares fascistas (la mayoría criminales conocidos como Camisas Negras) en una marcha por Roma para obligar al rey a que lo nombrara Primer Ministro. En los años que siguieron, utilizó su posición para desmantelar las instituciones democráticas de Italia y convertir al país en un estado policial donde él era Il Duce (El líder).
A medida que extendía sus raíces de poder, Mussolini creaba una personalidad de culto que rivalizaba con la de Joseph Stalin en Rusia y Adolf Hitler, que llegó al poder en Alemania en 1933. Il Duce, la segunda esposa, Rachele, y sus hijos fueron presentados ante la nación como la familia fascista ideal, una tarea que resultó algo complicada por el hecho de que Ida Dalser estaba en disposición de proclamar a los cuatro vientos, a cualquiera que quisiera escucharla, que ella era la esposa de Mussolini y madre de su hijo mayor, un joven sobre el que nadie había escuchado hablar.
Un padre irresponsable y cruel.
Las noticias sobre la bigamia de Mussolini y su irresponsabilidad como padre hubieran sido suficientes para derrocarlo en las primeras etapas de su mandato, cuando sus enemigos todavía tenían poder suficiente para removerlo del poder si actuaban en conjunto. Pero Ida Dalser tenía una acusación mucho más seria que hacer: la mujer aseguraba que la única razón por la Mussolini alcahueteó la entrada de Italia a la Primera Guerra Mundial fue porque el gobierno francés lo había sobornado. De ser cierta, aquella acusación significaba que el hombre era culpable de traición.
Como era de esperarse, Mussolini puso a Dalser y Benito Jr. bajo vigilancia y envió agentes del Partido Fascista para que destruyeran los registros sobre el matrimonio, certificado de nacimiento y todo aquello que pudiera relacionarlo con Dalser y su hijo.
Pero olvidó algunos documentos oscuros, entre estos dos declaraciones juradas de 1915 firmadas por Mussolini donde reconocía a Dalser como su esposa y a Benito Jr. como su hijo, así como la promesa de ofrecerles manutención a ambos. Otro documento de 1916 le solicita a Mussolini que honre su promesa de manutención, cosa que jamás hizo.
El destino de Ida Dalser y Benito Mussolini hijo.
Incluso ya en 1926, Ida Dalser continuó ejerciendo presión sobre su caso a través de varios oficiales del gobierno fascista. Ese año fue arrestada y encerrada en el primero de varios manicomios hasta 1937, cuando murió aparentemente de un derrame cerebral.
A Benito Jr. le fue marginalmente un poco mejor. Apenas tenía 11 años cuando su madre fue apresada. Le mintieron diciéndole que había muerto y lo enviaron a vivir en un asilo para discapacitados. Cuando cumplió 15 años, un oficial del Partido Fascista lo adoptó y le dio un nuevo apellido. Cuando el muchacho cumplió la edad requerida, asistió a la universidad, y cuando la Segunda Guerra Mundial estalló, se unió a la Armada de Italia.
Pese a que le advirtieron durante años que dejara de decir que era hijo de Mussolini, como lo había hecho su madre antes que él, jamás obedeció.
De la misma forma que su madre, el joven fue arrestado y encerrado en un hospital mental, donde murió en Julio de 1942 a los 27 años. Las versiones sobre la causa de muerte son variadas: algunos dicen que fue asesinado con “inyecciones que le indujeron un coma”, otros que murió en un tratamiento de choques eléctricos. De cualquier forma, a la familia se le dijo que había muerto en guerra. En un intento final por borrarlo definitivamente de la historia, se le dio un funeral paupérrimo y fue sepultado en una tumba sin nombre.
La caída de Mussolini.
Il Duce se encontraría con su hijo en el otro mundo demasiado pronto. Dos semanas después que los Aliados invadieron Sicilia en julio de 1943, Mussolini fue depuesto y arrestado, momento en que el gobierno italiano inició las negociaciones sobre los términos de rendición con los Aliados.
Dos meses después, un comando nazi rescató a Mussolini de su confinamiento y lo puso como líder de un estado títere en la región norte de Italia ocupada por Alemania. Allí se mantuvo hasta abril de 1945, cuando los Aliados expulsaron a los últimos alemanes de Italia y el estado títere colapsó.
Mussolini y su amante, una mujer llamada Clara Petacci, fueron capturados por guerrilleros italianos mientras intentaban huir a Suiza. Al día siguiente un pelotón de fusilamiento los ejecutó. Dos días después, Hitler se suicidaba en el búnker de Berlín. A la semana, la guerra en Europa había terminado.