Los chimpancés son animales simpáticos, ágiles e increíblemente inteligentes. Cuando el naturalista inglés Charles Darwin observó y estudió el comportamiento de estos animales, se sentaron las bases para desarrollar “El origen de las especies”, el documento que nos remonta a nuestros humildes orígenes evolutivos y nos vincula con nuestros primos menos evolucionados.
Sin embargo, a pesar de sus características humanas y notable inteligencia, los chimpancés no han dejado de ser animales salvajes capaces de llevar a cabo ataques extremadamente violentos debido a su naturaleza inestable en el comportamiento. Para muchos puede resultar un tanto complicado imaginar a los afables chimpancés – tan comunes en zoológicos, espectáculos de televisión y comedias – ejecutando ataques extremadamente violentos contra los humanos.
Poderosos y naturalmente violentos.
Pero incluso aquellos animales supuestamente domesticados y acostumbrados a la cercanía humana pasan por brotes de rabia que podrían terminar en una fatalidad.
Cuando el chimpancé alcanza la adultez, presenta lo que en un humano podría considerarse súper fuerza. Un ejemplar adulto saludable puede alcanzar los 100 kilogramos, pero su fuerza es entre 5 y 7 veces mayor que la de un humano con el mismo peso. El poder se concentra sobre todo en la parte superior, y en una fuerza de agarre que fácilmente podría fracturar todos los huesos de una mano en un humano adulto.
Coleen McCann, zoólogo y primatólogo, asegura que las personas tienden a subestimar la fuerza de estos animales. “Un macho en la adultez se convierte en un animal formidable. Por ningún motivo me gustaría estar frente a uno durante un ataque de ira. Con determinación, un chimpancé fácilmente puede arrancar el brazo a una persona”.
Animales territoriales.
Los chimpancés dóciles y amables que solemos ver en los programas de televisión, no son la norma en la naturaleza. Como animales sumamente territoriales, los chimpancés suelen pelear de forma violenta contra otros grupos para conservar su territorio. En estado salvaje no es raro verlos peleando, las poderosas mordidas y golpes frecuentemente les provocan heridas serias y a veces mortales.
Aunque la dieta principal de los chimpancés consiste en frutas y plantas, también pueden cazar y matar a otros animales para obtener nutrientes. Cuando el alimento escasea, salen en busca de carne o carroña, sobre todo de mamíferos.
Chimpancés atacando a seres humanos.
Los ataques a seres humanos son un fenómeno muy inusual, pero cuando ocurren las consecuencias suelen ser fatales. Uno de los ataques más conocidos fue el que sufrió James Davis, ex piloto de Nascar. Amante de estos animales, pues había criado a uno como mascota, Davis fue víctima de un ataque coordinado en 2005 cuando se encontraba en una reserva forestal.
Y aunque logró escapar con vida del ataque, perpetrado por tres chimpancés adultos, presentaba un cuadro médico tan complicado a causa de las heridas que los doctores tuvieron que inducirle un coma durante casi 100 días. James Davis fue mutilado y quedó desfigurado del rostro por este ataque.
El ataque del chimpancé Travis a Charla Nash.
Otro de los ataques más mediáticos fue el que protagonizó un chimpancé llamado Travis, un animal “domesticado” que había participado en numerosos comerciales y programas de televisión. En la ciudad de Stanford, en Connecticut, Estados Unidos, Travis era toda una celebridad, un animal tratado casi como un humano.
Existen fotografías del chimpancé interactuando con personas desconocidas e incluso sentado frente a una computadora. Sus dueños consideraban a Travis un animal perfectamente domesticado y solían mantenerlo peligrosamente cerca de otras personas.
“Domesticado” desde pequeño.
En la época de la tragedia, Travis había alcanzado los 105 kg de peso y jamás había mostrado un comportamiento agresivo. De hecho, la imagen que tenían del chimpancé era la de un animal tranquilo y cariñoso. Travis fue recuperado de un safari fotográfico por Sandra Herold, una mujer de 70 años, cuando los padres del chimpancé fueron atrapados por cazadores furtivos.
Herold adoptó a Travis y lo llevó a Estados Unidos, esto como parte de un programa que luchaba contra el tráfico internacional de animales salvajes, por lo que todo había sido hecho dentro del marco legal. Travis había estado con Herold desde hacía 13 años.
Una tragedia inesperada.
Charla Nash, una amiga cercana de Sandra, decidió hacerle una visita la mañana del 13 de febrero de 2009. Era lunes y habían acordado desayunar juntas ese día. Cuando Charla llegó a la residencia de Harold, se percató que Travis estaba ansioso y haciendo más ruido de lo normal, pero la mujer había visitado aquella casa incontables veces y estaba acostumbrada a la presencia del animal. Sandra mencionó que Travis sólo estaba “de mal humor” y que no había inconveniente alguno.
Charla Nash y Travis
Harold decidió llevar a Travis a su dormitorio mientras dejaba a Charla en la sala de estar. La invitada notó que uno de los juguetes de Travis se había quedado en el lugar donde estaba el chimpancé, así que lo tomó del suelo para entregárselo. Aquella acción fue suficiente para desatar la furia asesina del animal.
El dócil Travis se convierte en una maquina asesina.
Los acontecimientos que siguieron son algo aterrador. Travis se aferró a Charla y sin ningún inconveniente utilizó su peso para derribarla. Una vez que la tenía a su merced, el enfurecido chimpancé empezó a atacar su rostro. Colgajos de piel empezaron a caer de diversas partes del cuerpo y cada vez que Travis lograba rasgar un trozo de piel o músculo con sus dientes, tiraba de él hasta que lo arrancaba por completo.
Sandra intentó apartar al chimpancé arrojándole diversos objetos. A continuación, tomó un cuchillo de la cocina y empezó a apuñalar al animal. Finalmente decidió llamar al número de emergencias. La dramática grabación, registrada por el servicio de emergencia de la policía, da testimonio del terror de la víctima y de los gritos de Travis como sonido de fondo.
Debido a las lesiones, Charla terminó perdiendo el conocimiento, pese a esto Travis seguía desfigurando su rostro, logrando arrancarle las mejillas, la nariz, los labios y los ojos. De la mano derecha de Charla el chimpancé logró arrancar tres dedos y le fracturó el otro brazo en tres lugares distintos. Las lesiones de la víctima eran extremadamente serias.
Lesiones de Charla Nash previo al trasplante de rostro.
Imposible de parar.
El primer paramédico en arribar al lugar de la emergencia confesó que “jamás había visto un ataque tan brutal en un paciente con vida”. Los oficiales que llegaron a la escena intentaron retirar al chimpancé, pero el animal seguía ensañándose con la víctima. No habiendo otro remedio, uno de los oficiales sacó su arma de cargo y disparó contra el animal; sin embargo, Travis seguía atacando. Fueron necesarios tres disparos más para detener al chimpancé.
Charla fue llevada al hospital y milagrosamente sobrevivió. Los severos daños terminaron provocándole una desfiguración total en el rostro. En los años posteriores tuvo que someterse a un trasplante de mandíbula, dientes artificiales y numerosos injertos de piel. Tras presentarse en un famoso programa de televisión y exponer su rostro, Charla fue invitada a un trasplante experimental de cara, que parcialmente le regresó algunos de sus rasgos.
Comportamiento misterioso.
Especialistas en comportamiento animal difieren en los motivos que habrían llevado a Travis a realizar el ataque. Algunos culpan a la enfermedad de Lyme, padecimiento que le había sido diagnosticado al chimpancé y que puede conducir a brotes de comportamiento psicótico.
Sin embargo, la realidad es que los chimpancés que viven entre humanos están sujetos a situaciones inestables, son auténticas “bombas de tiempo” que es imposible determinar en qué momento estallarán. Sin importar los años que hayan pasado bajo el cuidado humano, los chimpancés jamás se vuelven animales domésticos y pueden presentar comportamiento violento en cualquier momento.
“Se trata de animales salvajes, y como todos los animales que entran en esta categoría, resultan potencialmente peligrosos”, asegura McCann. “Aquellas personas que tratan a los chimpancés como mascotas, desconocen el peligro al que están expuestos. Por eso, cuando sucede una tragedia, a pesar de que es algo lamentable, desafortunadamente no es ninguna sorpresa”.
Otros ataques de chimpancés a seres humanos.
Otro de estos terribles testimonios se suscitó en 1974, cuando un chimpancé nacido y criado en el ambiente circense, presentó un brote de ira durante una función. Empezó por atacar a su entrenador, al que le produjo diversas lesiones en el rostro, y después se volcó contra el público asistente donde hirió de gravedad a tres niños antes que lo mataran de varios disparos.
Dunia Sibomana
Dunia Sibomana, un niño de la República del Congo, fue víctima de otro ataque perpetrado por un grupo de chimpancés que casi termina con su vida. El niño de apenas 11 años resultó con cicatrices profundas en el rostro, sobre todo en la boca y mejillas, por lo que tuvo que someterse a un trasplante facial.
Lo que aprendimos del comportamiento de los chimpancés.
En los Estados Unidos, siempre que se cuente con un área apropiada para el animal, un calendario de vacunación y alimentación adecuada, en algunos estados se permite la crianza de estos animales en un ambiente doméstico a pesar del peligro que representan. Una ley creada a partir de lo que sucedió con Travis, propone que estos animales sean confiscados y trasladados a reservas o zoológicos, y que se prohíba su presencia en ambientes domésticos.
Durante la discusión para la aprobación de la Ley Travis, como se hizo conocida esta propuesta, se presentó la llamada de emergencia de Sandra Herold ante el jurado.
Resulta importante señalar que los chimpancés, como cualquier otro animal, no presentan una naturaleza maligna o violenta en condiciones normales. Se cree que el cautiverio es la razón principal de esta clase de tragedias.