Cuando se nos hace mención de un asesinato en masa, lo primero que suele venir a nuestra mente es un sujeto desquiciado que logra quitar la vida a una serie de víctimas hasta que es atrapado, o un psicópata que ingresa a un sitio público para disparar a todo lo que se mueva. Pero los asesinos no siempre actúan solos. Algunos grupos se dedican a reclutar individuos de este tipo para estructurar organizaciones letales compuestas por miembros dispuestos a matar por sus creencias.
7 – Los hombres lobo.
“Hombres lobo”, así se hacía llamar un grupo conformado por alrededor de 5 mil voluntarios seleccionados entre loselementos más prometedores de las Juventudes Hitlerianas y de la Waffen-SS. Se les entrenaba en el arte del sabotaje y el asesinato sigiloso, y eran enviados a territorios donde los nazis habían perdido el control por la intervención de los Aliados.
Aunque hay algunos informes esporádicos sobre los Hombres lobo que los señalan como un grupo eficiente, la verdad es que sobrellevaban los mismos problemas que afligían a los ejércitos nazis hacia el final del conflicto armado.
En la primavera de 1945 se suscitó una ola de asesinatos de funcionarios civiles y prefectos nombrados por los Aliados en ciudades que habían estado bajo el control nazi en el pasado. El caso más famoso fue el asesinato de Franz Oppenhoff, de Aachen. Oficialmente conocida como Operación Carnaval, los asesinos se disfrazaron de pilotos alemanes abatidos para aproximarse lo suficiente al prefecto de Aachen y matarlo.
6 – La sociedad de asesinos de Sarasota.
Fundado en 1884 como un club de política, el “Sarasota Vigilance Committee” más adelante fue rebautizado por el periódico New York Times con el nombre de Sociedad Asesina de Sarasota. Hasta ese momento, 22 miembros del comité se encontraban en el medio de un juicio por dos homicidios.
El comité fue impulsado por el anhelo de separación entre el Norte y el Sur de los Estados Unidos. Con tantos norteños decididos a aprovechar la oportunidad de negocios que presentaba el Sur, el objetivo oficial del grupo fue librar al Norte de esas “personas indeseables”.
No queda clara la cantidad de personas indeseables que murieron en el proceso, pero el homicidio de un agente de correos de nombre Charles Abbe provocó que el comité se convirtiera en el centro de atención de todo el país. El cuerpo de Abbe fue arrojado al Golfo de México y jamás lo recuperaron, y las condenas de prisión otorgadas a los miembros de la sociedad fueron suficientes como para llevar a la organización al fracaso.
5 – La Mano Negra.
Cuando un grupo de diez serbios integró la Mano Negra en 1911, lo hicieron con un objetivo sencillo: recurrir a la violencia y a los actos terroristas para erigir una Serbia unificada. Enviaron asesinos para quitarle la vida al emperador Franz Josef y al gobernador de Bosnia-Herzegovina, el general Oskar Potiorek. Los dos intentos fallaron, pero la organización siguió adelante.
En 1914, un hombre en particular se convirtió en su objetivo: el archiduque Franz Ferdinand. Tres asesinos de la Mano Negra acompañaron al convoy del archiduque para garantizar su muerte. Gavrilo Princip tuvo éxito donde Trifko Grabež y Nedeljko Cabrinovic fallaron. Los tres se habían infiltrado a través del reclutamiento en cafetaleras de Belgrado.
4 – Sicarios.
Los sicarios fueron asesinos judíos apodados así en homenaje a su arma predilecta, una daga curva llamada sica. Recibieron el mote del antiguo historiador griego Flavio Josefo, que escribió sobre el método favorito utilizado por el grupo para matar.
Aunque se les conoció por los asesinatos en masa, más comúnmente se asocia a los sicarios con las tácticas simples y osadas: ocultar las armas entre sus vestimentas y perseguir a sus objetivos en sitios públicos sumamente inconvenientes.
El objetivo común de los sicarios era promover una rebelión contra Roma. De hecho, iniciaron una revuelta en Jerusalén alrededor del 65 a.C., pero no les salió bien y dio pie a la decadencia del grupo. Su último ataque registrado sucedió en la fortaleza de Massada.
Con el paso del tiempo, el término “sicario” se amplió para hacer referencia a los asesinos por paga, así como a cualquier tipo de terrorista y homicida voluntario o involuntario.
3 – Murder, Inc.
Murder, Inc. (sí, así de descarado) era una filial del National Crime Syndicate, un emporio de varias organizaciones criminales con actividad en los Estados Unidos, responsable por entre 400 y 1000 muertes durante las décadas de 1930 y 1940. Midnight Rose fungía como su oficina central, era una tienda de golosinas abierta las 24 horas ubicada en Brooklyn. En este sitio los asesinos esperaban que sonara el teléfono para obtener los datos del siguiente ataque.
La mayoría de los ataques sucedieron a lo largo de la Costa Este, y el arma que los identificaba era un picahielos. Sus objetivos generalmente eran mafiosos problemáticos para la organización o ciudadanos que tuvieron la mala fortuna de atestiguar un crimen.
Louis “Lepke” Buchalter, ejecutado en la silla eléctrica en 1944, era el encargado de dirigir Murder, Inc. Originalmente lo sentenciaron a 14 años de prisión por narcotráfico, y su ejecución sucedió en el medio de teorías de conspiración sobre a quienes había asesinado y quien estaba realmente conectado.
2 – Harmodio y Aristogitón.
De acuerdo con los registros de Cicerón, el homicidio de un líder político en ocasiones estaba justificado, siempre y cuando el acto atendiera determinados criterios. Por ejemplo, si el líder había cometido atrocidades contra el pueblo o contra el bien común, si su muerte generaba un bien común o si el acto era el último recurso. Aquellos que cometían este tipo de crimen fueron conocidos como tiranicidas.
Los pioneros del concepto fueron Harmodio y Aristogitón, dos amantes que asesinaron a Hiparco, hermano del tirano Hipias. Su intención era matar a los dos, pero no lo consiguieron. Como haya sido, sus acciones fueron glorificadas en la historia y su motivación fue elevada a un ideal ateniense.
Tras su martirio, los ciudadanos de Atenas juraron asesinar a cualquier tirano futuro, y los tiranicidas eran recompensados por su valor: les hacían excepciones fiscales, comidas gratuitas y asientos de primera fila en el teatro.
1 – Los asesinos de Hassan-i Sabbah.
A la muerte de Hassan-i Sabbah en el año de 1124, una secta de seguidores quedó sin rumbo en la fortaleza Alamut. Eran los Assassins. El grupo se mantuvo activo durante el próximo siglo y medio, hasta que lo aniquilaron en 1256.
Como filósofo y reformador religioso conocido como El Viejo de la Montaña, Hassan enseñó que no había ningún tipo de honor en aquellos líderes que vivían entre lujos mientras su pueblo moría de hambre.
Sus seguidores más fieles eran entrenados especialmente para asesinar jefes de Estado y poderosos militares corruptos. El primer asesinato cometido por el grupo se registró en 1902 y rápidamente la organización pasó a eliminar a cualquier persona que consideraba injusta, incluidos aquellos que pelearon en las Cruzadas. Durante mucho tiempo tuvieron éxito asesinando a cualquier persona que se oponía a sus ideales.