La tinta para tatuajes puede contener químicos nocivos para la salud humana. Así lo concluyó un nuevo estudio donde analizaron un centenar de tintas comerciales para tatuar. En múltiples ocasiones, los investigadores detectaron que las tintas contenían productos químicos no declarados en la etiqueta. Incluso en tamaños de nanopartículas y sospechosos de resultar perjudiciales para el organismo humano.
Publicado el pasado 24 de agosto en ACS, el estudio se presentó en una reciente convención de la Sociedad Americana de Química. “Inicialmente, la idea tras este proyecto surgió porque me interesaba conocer lo que sucede cuando se usa luz láser para remover tatuajes”, explicó John Swierk, profesor asistente de química en la Universidad de Binghamton.
“Sin embargo, en el proceso me percaté de que se sabe muy poco sobre la composición de la tinta para tatuajes. Entonces, empezamos a analizar las marcas más populares”, agrega Swierk. La regulación estadounidense de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) considera que los tatuajes se encuentran dentro de los límites de la cosmética.
La tinta para tatuajes no está regulada.
Por eso, las tintas comerciales empleadas en la elaboración de tatuajes no requieren una aprobación de la FDA. Además, ni siquiera existe una cláusula donde se exija al fabricante que liste los componentes de sus tintas. Cuando empezaron a investigar, Swierk y sus colegas se percataron de que la mayoría de los tatuadores ni siquiera sabía lo que contenían las tintas que utilizaban.
De hecho, no es raro que algunas empresas encargadas de fabricar tintas para tatuajes también produzcan otras clases de tintas y pigmentos textiles. Entonces, los investigadores empezaron a preguntarse si los pigmentos destinados al tatuaje empleaban los mismos químicos que las otras tintas comerciales.
Recurriendo a una variedad de técnicas, como la Espectroscopía de Resonancia Magnética Nuclear (RMN) y la espectroscopia Raman, los investigadores buscaron determinar con exactitud los componentes de estas tintas. En la fase inicial de la investigación se analizó alrededor de un centenar de marcas. Y, según Swierk, se llevaron una gran sorpresa con casi todas las tintas estudiadas.
Químicos nocivos para la salud humana.
“Siempre que analizábamos una de las tintas, encontrábamos algo”, dice Swierk. “Por ejemplo, 23 de las tintas analizadas sugieren la presencia de un colorante hecho con pigmentos azoicos”. Generalmente, los pigmentos azoicos se consideran seguros y se emplean en una variedad de productos comerciales, desde alfombras hasta prendas para vestir.
Además, algunas variedades de pigmentos azoicos se utilizan para dar color en la industria alimentaria. El gran problema de que existan pigmentos azoicos en tinta para tatuajes es que, por acción bacteriana o incidencia de luz ultravioleta, estos compuestos pueden degradarse en moléculas cancerígenas.
En un análisis adicional a 16 tintas, encontraron que ocho contenían nanopartículas con menos de 100 nanómetros. Y partículas así de pequeñas pueden migrar a otras partes del cuerpo. De hecho, las minúsculas partículas presentes en las tintas para tatuajes pueden detectarse en los ganglios linfáticos de una persona. “Es algo preocupante”, advierte Swierk. “Con ese tamaño, las partículas pueden atravesar la membrana celular y causar daños serios”.
Finalmente, es oportuno aclarar que el trabajo se encuentra en una fase inicial. De hecho, los investigadores crearon el sitio What’s In My Ink, donde mantienen un catálogo con el contenido de diversas tintas para tatuajes disponibles comercialmente. Actualmente, el proyecto cuenta con un pequeño número de tintas. Pero, una vez que los últimos datos pasen por una revisión por pares y sean publicados en una revista, indudablemente se agregarán al sitio.
Nota cortesia de Mikey Pinero
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