El Agujero Negro de Calcuta figura entre los episodios más horrendos que atestiguó esta ciudad en la India. En 1756, la Compañía de las Indias Orientales operaba un fuerte comercial en las inmediaciones de Calcuta. Erigieron el fuerte específicamente para proteger el puerto de los lugareños. Aunque, también temían que los franceses se inmiscuyeran en los intereses comerciales británicos del área. Sin embargo, los líderes bengalíes locales vieron en la construcción del fuerte una afrenta a su soberanía y dominio de la región.
Siraj ud-Daulah, el Nawab de Bengala, marchó hacia Calcuta con el objetivo de apoderarse de la fortaleza británica. Y a este gobernante local lo acompañaba un ejército conformado por 50 mil hombres. La Compañía de las Indias Orientales no tenía recursos ni personal militar suficiente para hacer frente a los bengalíes y simplemente abandonó el fuerte.
En el lugar solo quedó una guardia simbólica integrada por funcionarios civiles y, en su mayoría, mercenarios locales. Un pequeño grupo conformado por unas 150 personas, mientras el resto de la Compañía se refugió en los barcos comerciales que flotaban a salvo en el puerto.
El Agujero Negro de Calcuta.
Lo que se conoció como el Agujero Negro de Calcuta no era algo llamativo. Inicialmente, se trataba de una mazmorra de 4 x 5 metros destinada a retener a unos cuantos alborotadores y revoltosos. De ninguna forma posible aquella habitación individual podría considerarse una prisión. El recinto contaba con un par de pequeñas ventanas y apenas una puerta.
Resultaría extremadamente inhumano recluir a las personas por largos periodos de tiempo en este lugar. Esencialmente, era una especie de separo destinado única y exclusivamente a retener una o dos personas durante un breve periodo de tiempo, antes de que las liberaran o trasladaran. Por eso, los acontecimientos del 20 de junio de 1756 son tan espeluznantes.
Cuando Siraj ud-Daulah tomó el control de Calcuta, ordenó que la guardia simbólica de los británicos acudiera ante él. De acuerdo con un testimonio, el ejército bengalí atrapó a 146 individuos. En un acto de extrema crueldad, el Nawab determinó que los 146 prisioneros debían pasar la noche en el Agujero Negro como castigo.
Esta pequeña celda, con el tamaño de una habitación estándar en la actualidad, debía albergar a casi 150 prisioneros. Resultaba prácticamente imposible meter a todos de pie en ese lugar, por lo que tuvieron que encimarse unos sobre otros. Justo al final de la primavera, la temperatura en Calcuta promedia los 34.5 °C. Pero, algunas personas estiman que aquel 20 de junio de 1756 la temperatura alcanzó los 40°C.
Testimonio del horror.
El Agujero Negro de Calcuta se convirtió en un auténtico horno para los prisioneros. Un británico de apellido Holwell sufrió esta terrible experiencia y escribió una carta donde detallaba el horror.
Los esfuerzos para derribar la puerta resultaron en vano. Proferimos muchos insultos contra los guardias para provocarlos y obligarlos a disparar contra nosotros (eventualmente, me enteré que los obligaron a extremos mucho mayores cuando ya ni siquiera eran conscientes de lo que negociaron). Yo experimenté poco dolor o inquietud, pero una gran ansiedad por el sufrimiento de los que estaban adentro. Mientras mantenía mi cara entre los barrotes, una sed extrema se hizo presente. En ese momento, un vapor tan ruinoso emanó de la prisión que no pude más que voltear la cabeza unos cuantos segundos.
La situación en ese lugar era tan desesperante, que los prisioneros buscaban que los guardias abrieran fuego para que la única puerta se abriera. En la carta escrita por Holwell, señala que solo 23 de las 146 personas obligadas a ingresar al Agujero Negro de Calcuta sobrevivieron al terrible infierno. Algunas fuentes históricas buscan atenuar la barbarie señalando que solo murieron 43 personas de 64 encarceladas.
Cuando el ejército bengalí de Siraj ud-Daulah finalmente abrió la puerta a la mañana siguiente, encontró una escena aterradora: decenas de muertos apilados en aquella pequeña celda. El calor, deshidratación y falta de aire fresco terminaron matando a todos aquellos que no tuvieron el privilegio de ubicarse cerca de la puerta o las ventanas. Aparentemente, a los sobrevivientes les ofrecieron agua y una silla antes de liberarlos.
La venganza de los británicos.
Pese a las barbaries perpetradas por la Compañía de las Indias Orientales en el territorio, el relato que Holwell hizo de la tragedia terminó conmocionando a los británicos. Cuando los oficiales británicos desplegados en la India supieron de las vejaciones que sufrió su guardia, iniciaron una campaña de venganza contra los bengalíes en Calcuta.
Prisión de Gitarama, un Infierno en la Tierra
En enero de 1757 recuperaron la ciudad y ejecutaron al Nawab que ordenó el encarcelamiento de los 146 prisioneros. Tras la terrible experiencia, el Agujero Negro de Calcuta dejó de funcionar como prisión y se convirtió en un almacén. Actualmente, el sitio todavía existe en Calcuta. Sin embargo, de aquella habitación donde recluyeron y asesinaron a decenas de personas el 20 de junio de 1756 solo quedan los cimientos.
Nota cortesia de Humberton peinaperros
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