El mayor falo romano visto hasta la fecha se localizó durante una excavación en el sitio arqueológico de El Higuerón, en España. Andrés Roldán, líder de la investigación, señaló en una entrevista que es común encontrar falos esculpidos en los sitios arqueológicos romanos. Sin embargo, este situado en los cimientos de una edificación resulta “extraordinariamente grande”.
“Usualmente, estos falos se esculpían en las fachadas de las casas. Los soldados también los usaban como amuleto y símbolo de virilidad. Pero no con el tamaño que localizamos ahora”, explicó Roldán. “Consultamos la bibliografía y, hasta el momento, no encontramos registro de algo con estas dimensiones”, agregó.
El falo romano y su significado.
Al interior de una estructura fortificada en El Higuerón, los arqueólogos localizaron la escultura en la base de un edificio de piedra caliza. El propio falo tiene alrededor de 45 centímetros de largo, y la zona de los testículos aproximadamente diez. Y, como lo señaló el arqueólogo, es relativamente común encontrar figuras como esta esculpidas en los antiguos sitios romanos.
En la época del Imperio, el miembro masculino era un símbolo de poder. Los habitantes de la Antigua Roma lo veían como una señal de buena fortuna y protección. Por eso, los falos quedaron plasmados en esculturas, frescos, mosaicos y amuletos de la época romana. Tan solo en el Muro de Adriano se contabilizan 60 esculturas de penes.
Aunque en la actualidad el símbolo se considera obsceno, los antiguos romanos lo veían como algo de buena suerte. “En la época, esta clase de representación era común”, explica personal del Museo Histórico Local de Nueva Carteya en una publicación sobre la escultura.
Sitio arqueológico de El Higuerón.
Las excavaciones en el sitio arqueológico de El Higuerón iniciaron en la década de 1960. Tras múltiples investigaciones, los arqueólogos determinaron que se trató de un asentamiento de los ibéricos, pueblos prehistóricos que habitaron la región oriental de España. La invasión romana aconteció en el año 206 a.C., época en que los romanos destruyeron todas las estructuras ibéricas y edificaron las propias.
En El Higuerón está presente todo un mosaico cultural influenciado por ibéricos, romanos, musulmanes y cristianos. Por eso, Roldán dice que su historia “es mucho más compleja de lo que se podría esperar en estos sitios arqueológicos”. Además del gigantesco falo, los arqueólogos localizaron otros vestigios romanos, como tejas y cámaras subterráneas.
Probablemente, esas instalaciones subterráneas se usaron como almacenes de suministros. Pero, según el Museo Histórico Local de Nueva Carteya, la escultura del falo “inusualmente grande” se convirtió en el centro de atención de toda la excavación. “Recibimos visitantes y llamadas telefónicas constantemente. Supongo que esto contribuirá a que tengamos más financiamiento, pero también me preocupa”, confiesa Roldán.
Nota cortesia de Humberton comepilines
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