El primer recuerdo de tu vida pudo establecerse a los dos años y medio. Respecto a lo que se creía anteriormente, es un retroceso de más de un año en la memoria. Es lo que concluye un nuevo estudio donde se revisaron décadas de información. Además, confirma lo que muchos sospechaban: cada humano es único.
Los hallazgos, publicados recientemente en la revista Memory, modificaron significativamente las conclusiones previas sobre la edad promedio de los primeros recuerdos de un humano. Es un estudio de más de dos décadas, donde se siguieron y revisaron datos ya existentes.
Los primeros recuerdos en la infancia.
“Cuando se establece la memoria más temprana, en lugar de ser un recuerdo estático estamos ante un concepto en movimiento”, señala la Dra. Carole Peterson, experta en amnesia infantil y autora principal del estudio. “Entonces, aquello que muchas personas responden cuando les preguntas por sus primeros recuerdos no es una frontera o línea divisoria antes de la cual no existen recuerdos”, continua.
“De hecho, parece existir un conjunto de recuerdos potenciales de donde niños y adultos extraen muestras”, explica Peterson. Los expertos consideran que las personas recuerdan muchas cosas de sus dos años, pero no logran consolidar estas memorias.
“Resulta sencillo lograr que las personas accedan a recuerdos anteriores simplemente preguntando cuál es su primer recuerdo, y luego solicitando algunos más. Es probable que empiecen a evocar memorias anteriores, con hasta un año de antigüedad. Es parecido a cebar una bomba. Una vez que lo logras, empiezan a surgir automáticamente”, dice la experta.
Errores en las fechas.
La investigación también revela que esos primeros recuerdos están sistemáticamente mal datados. Durante el análisis de datos encontraron numerosos casos de personas que se creían mayores de lo que realmente eran en sus primeros recuerdos.
La Dra. Carole Peterson, de la Memorial University of Newfoundland, lleva más de 20 años involucrada en estudios sobre la memoria. Su principal enfoque es la capacidad de niños y adultos para recordar sus primeros años. Esta última investigación es una revisión a diez de sus artículos de investigación sobre amnesia infantil. También incluyó el análisis de datos recopilados por el laboratorio de Peterson desde 1999.
El estudio sobre los primeros recuerdos.
En total, el estudio involucró a 992 participantes, donde los recuerdos de 697 voluntarios se compararon posteriormente con los recuerdos de sus padres. De forma general, se encontró que los primeros recuerdos de los niños suceden mucho antes de cuando creen que sucedieron. Y esta confirmación vino de los propios padres.
Peterson señala que, según la evidencia revisada, desplazamos nuestro reloj de memoria potencial para que resulte “convincente”. Por ejemplo, cuando revisaba un estudio donde entrevistó a niños después de dos y ocho años transcurridos desde su primer recuerdo, eran capaces de evocar la misma memoria. Pero, en entrevistas posteriores señalaban una edad posterior a la real.
Efecto telescópico.
“Después de ocho años, muchos decían que eran un año más grandes. Así, a medida que crecen, los niños alteran la edad que pensaban que tenían en el momento de esos primeros recuerdos”, dice Peterson. La científica considera que este hallazgo es culpa de un fenómeno en la datación de la memoria conocido como “efecto telescópico”.
Cuando se recuerdan sucesos que sucedieron hace mucho tiempo, es como observar a través de un telescopio. Entre más distante es el recuerdo, el efecto telescopio hace que lo veas más cerca. “Encontramos que adelantan su recuerdo más antiguo un año, hasta aproximadamente los tres años y medio de edad. Sin embargo, esto no sucede cuando el niño o adulto evoca memorias de los cuatro años en adelante”.
Memoria temprana.
Según Peterson, esto demuestra que las personas recuerdan mucho más de lo que creen sobre su infancia temprana. Y es relativamente simple ayudarlos a acceder a esos recuerdos. “Cuando se hace un estudio, a veces las cosas no quedan claras. Pero, cuando se junta un estudio tras otro y todos llegan a conclusiones similares, resulta muy convincente”.
Esa falta de claridad, según Peterson, es lo que limita la investigación en esta área de especialidad. “Ahora, en la investigación de amnesia infantil se requieren fechas confirmadas independientemente o documentadas externamente con las que podamos comparar las fechas proporcionadas personalmente, pues esto evitaría errores del efecto telescopio y posibles fallas en la datación de los padres”.
Esa investigación, apoyada en una datación verificada, se encuentra en curso en el laboratorio de Carole Peterson y en otros sitios, precisamente para confirmar de forma precisa la respuesta a esta pregunta tan intrigante.
Cortesia de Doña Naturella la reyna de Pulgas y Sobreruedas
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