Una dosis de esta mezcla contiene sangre y otras 13 sustancias, como metanfetamina y codeína, una característica que la hace aún más peligrosa que las drogas tradicionales de diseño.
En Bucks County, una ciudad del estado de Pensilvania, la policía local fue la primera en obtener una ampolleta con la droga, cuyas características son las de un líquido rojo y se conoce en el bajo mundo comoBlood (sangre, en inglés). Principalmente se trata de una mezcla entre sangre humana y fentanilo, un analgésico opiáceo sumamente efectivo de 50 a 100 veces más potente que la morfina. Sin embargo, las pruebas de laboratorio realizadas a la muestra incautada revelaron que además del fentanilo, la droga iba cargada con codeína, efedrina, THC y metanfetamina, sumando un total de 13 sustancias reguladas
De acuerdo con la reseña que hizo la revista estadounidense Popular Science sobre el caso, la jeringa contenía 11 mg de metanfetamina, una dosis completa. Esto elimina la posibilidad de una contaminación accidental (cuando una persona se aplica una droga inyectable, una diminuta cantidad de sangre, que en ocasiones incluye restos de la droga, puede volver a la jeringa). En otras palabras: intencionalmente alguien mezcló sangre humana con fentanilo y metanfetamina, con toda la intención de crear una nueva droga.
Dado que se aplica por vía intravenosa, Blood puede ser una fuente de transmisión de VIH y otros virus, pero también presenta un riesgo adicional: la incompatibilidad sanguínea. Si alguien recibe sangre de un tipo incompatible, esto dispara una reacción inmunológica potencialmente fatal – pues se generan coágulos sanguíneos que pueden llevar a accidentes vasculares o paro cardíaco.