Cuando Zayne McCall llegó al mundo, los médicos dijeron que no pasaría su primera noche con vida. Aunque doloroso, es un pronóstico acertado para un bebé que nace con la piel morada y seis defectos congénitos en el corazón. Afortunadamente, hoy el joven tiene 22 años, estudia para psicólogo y frecuentemente participa en competencias deportivas.
El milagroso caso de Zayne McCall salió a la luz hace algunos días en una publicación de la Asociación Estadounidense del Corazón. Con el paso del tiempo, el joven superó todas las expectativas y sobrevivió para practicar natación competitiva.
El sombrío pronostico al nacimiento de Zayne McCall.
Ningún indicio clínico sugería que la condición de McCall mejoraría tras su nacimiento. Incluso antes de que su madre pudiera recibirlo en su regazo, los médicos lo trasladaron para hacerle toda clase de exámenes. Además, el personal de salud aconsejó cortésmente a los padres llamar cuanto antes a sus familiares para que conocieran al recién nacido.
Inicialmente, los médicos le diagnosticaron un colapso pulmonar. Pero, tras los exámenes supieron que realmente se trataba de varios defectos congénitos en el pequeño corazón de Zayne. Incluido un retorno venoso pulmonar anómalo total, una rara condición donde la sangre rica en oxígeno regresa al lado derecho del corazón en lugar de al izquierdo.
Además, el bebé sufría de un defecto del canal atrioventricular completo y atresia pulmonar. Este último es un defecto cardíaco congénito en el que la válvula que regula el flujo sanguíneo desde el corazón hacia los pulmones no se forma.
Luchando con la muerte.
Los médicos hicieron hasta lo imposible para trasladar al bebé a un lugar dónde pudiera recibir el tratamiento adecuado. Finalmente, lo trasladaron vía aérea desde Lubbock, hasta un centro médico en Fort Worth, Texas, que disponía de la capacidad para estabilizar la función cardíaca. Ni siquiera cumplía el primer día de vida y Zayne McCall ya pasaba por su primera cirugía cardíaca.
Este primer procedimiento quirúrgico tuvo como objetivo aumentar el flujo sanguíneo hacia los pulmones. Poco después, al pequeño le diagnosticaron síndrome de heterotaxia: otra rara condición que produce una mala alineación de las estructuras cardíacas o la formación anormal de ciertos órganos.
En el caso de Zayne McCall, sus intestinos estaban hechos “nudo” y no contaba con bazo ni vesícula biliar. El matrimonio conformado por Joey McCall y Debbie Perkins-McCall vio como su pequeño hijo de ocho meses pasaba por una segunda cirugía a corazón abierto. Y ocho meses después, lo sometieron a una tercera intervención cardíaca.
Infancia complicada.
La infancia de Zayne McCall estaba lejos de ser normal. Cuando corría o brincaba solía cansarse con extrema facilidad y le resultaba imposible practicar deporte con otros niños de su edad. En clases de educación física, el profesor tenía la indicación expresa de vigilarlo permanentemente. Aunque sabía que se trataba de su salud, el joven recuerda que se sentía como un “espectáculo de circo” cuando sus profesores lo vigilaban.
Inevitablemente, la situación lo afectó psicológicamente. “Esto me trajo algunos problemas de salud mental. Algo contra lo que, hasta el día de hoy, peleo mucho”, señaló Zayne durante una entrevista. La natación era parte de su terapia, y el joven asegura que es la actividad que más lo ayudó. Cuando cursaba la secundaria, su madre lo inscribió en un club.
Ambos recuerdan que la noche antes de las pruebas, Zayne “entrenó” natación competitiva durante horas en el suelo de la sala. Finalmente, logró entrar al equipo. Al principio, su poca resistencia resultó un obstáculo. Pero, eventualmente sería capaz de ejecutar un entrenamiento completo de natación. “Contrario otros deportes, en la natación me puse a la par de otros niños de mi edad”, comenta Zayne.
Las otras enfermedades que aquejan a Zayne McCall.
Zayne McCall también enfrentó una rara enfermedad genética llamada Discinesia Ciliar Primaria que afecta el movimiento de los cilios pulmonares. Estos cilios son estructuras parecidas a pequeñas vellosidades al interior de los pulmones, encargadas de liberar las vías aéreas de desechos. Para empeorar la situación, en su época de preparatoria le diagnosticaron un tumor cerebral benigno e hipotiroidismo.
En 2020, Zayne McCall empezó a sentirse extremamente fatigado. Durante la revisión médica, mientras corría en una caminadora su frecuencia cardíaca no aumentó como debía. “Hice un sprint completo y mi corazón ni siquiera alcanzó los 90 latidos por minuto”, recuerda. Los médicos evaluaron la situación y decidieron colocarle un marcapasos.
Hoy, Zayne McCall estudia una licenciatura en psicología en la Universidad Tecnológica de Texas y es parte del club de natación de la universidad. Además, tiene planes para hacer una maestría en terapia sexual en la Universidad de California en Los Ángeles. “Yo peleo contra el tiempo. ¿Qué expectativa de vida tengo? Es una gran incógnita”, señala el joven. “A menudo me preguntó: ‘¿qué puedo hacer hoy o qué puedo hacer ahora para llegar a dónde quiero estar?’ Siempre se trata de seguir adelante”, reflexiona.
Nota cortesia de Don Chava, el defectuoso de los blogs
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