Para los niños que cuestionan su identidad de género, la pubertad suele ser una etapa complicada. Por si fuera poco, llega más temprano para ellos que para los jóvenes que no presentan la misma inquietud. Así lo reveló una investigación conducida por la Universidad de Aarhus y el Departamento de Salud Pública de Dinamarca.
Esta investigación es una extensión del proyecto Better Health for Generations que, desde 1996, sigue el embarazo, parto y desarrollo de los hijos en cien mil mujeres danesas. Podría considerarse pionera al examinar la correlación entre el deseo de estos niños de pertenecer al sexo opuesto y su desarrollo en la pubertad.
Niños, identidad de género y pubertad
Al cumplir 11 años de edad, a los niños se les preguntó sobre un posible deseo de pertenecer al sexo opuesto. Posteriormente, sus respuestas fueron cruzadas con datos en los que, cada medio año, informaban su etapa del desarrollo puberal. Según este análisis, con tan solo 11 años 5 de cada 100 niños ya informaban un deseo parcial o total de pertenecer al sexo opuesto.
Además, se observó que estos niños tienden a ingresar a la pubertad aproximadamente dos meses antes que sus símiles, quienes no cuestionaron su identidad de género. La investigadora Anne Hjorth Thomse, líder del estudio, explica que se necesita más investigación antes de sacar cualquier conclusión. Pero, considera que la información ya es lo suficientemente relevante como para que los equipos de salud conozcan más sobre el desarrollo puberal en los niños.
“Los profesionales de la salud podrían tener que afrontar la posibilidad de un retraso a la pubertad de un niño que no se siente cómodo con su propio cuerpo o no se identifica con el mismo. Entonces, considero importante que estos profesionales tengan conocimientos básicos sobre el desarrollo puberal de los niños, para que apliquen el tratamiento en el momento más oportuno”, señala Thomse.
La investigadora también apunta que, según el estudio, se observa un desarrollo precoz de la pubertad entre niños que desean pertenecer al sexo opuesto. A diferencia de los niños que no cuestionan su identidad de género. Aunque no es posible determinar si la misma percepción de género entre los niños afecta su desarrollo en la pubertad, o si están involucrados otros factores. Por eso, dice que se necesitan más investigaciones sobre el tema.
Nota cortesia de la Jitomata y la Perejila
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