Las vacas que producen leche psicoactiva se alimentan principalmente de cáñamo, una subespecie de la Cannabis sativa muy socorrida y cultivada por sus semillas, fibra y tallo. Al ingerir la planta, el ganado queda con la lengua de fuera y los ojos enrojecidos. Pero, como resultado de esta dieta también producen una leche especial. Conoce los detalles de una reciente investigación sobre el tema a continuación.
A diferencia de los humanos, las vacas no experimentan la mítica pálida y tampoco un hambre desmedida. De hecho, los animales que consumen el cáñamo tienden a reducir su ingesta total de alimentos. Y aunque producen menos leche, esta presenta una alta concentración de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el principal constituyente psicoactivo de la Cannabis, y cannabidiol (CBD), una sustancia a la que se adjudican diversas propiedades médicas.
Bajo la regulación europea y estadounidense, el cáñamo no es un producto aceptable para incluir en el forraje. En parte, por la preocupación de que los compuestos presentes en estas plantas terminen en la leche. “Aunque, conforme la industria de cáñamo y CBD ganan terreno, tanto ganaderos como reguladores consideran la posibilidad de incluir el cáñamo en el forraje. Especialmente por su considerable valor nutricional y bajo costo de producción”, señala Robert Pieper, del Instituto Federal de la Evaluación de Riesgos, una institución alemana que asesora el gobierno en cuestiones de seguridad alimentaria.
El experimento de las vacas que producen leche psicoactiva.
Por otro lado, es importante aclarar que no existe un marco científico sólido que respalde el uso del cáñamo para estos fines. De hecho, en la última semana se publicó una investigación, liderada por el propio Pieper, donde descubrieron que los cannabinoides pueden terminar en la leche de vacas alimentadas con cáñamo. Aunque, no se concluyó la clase de riesgos que puede traer esta situación para los consumidores habituales de leche.
Para determinar el efecto del cáñamo en las vacas lecheras y su leche, el equipo tomó a un grupo de animales y lo alimentó con cáñamo. Este forraje especial presentaba diversas concentraciones de cannabinoides, compuestos derivados de la planta del Cannabis que producen efectos psicoactivos en el cuerpo humano.
Aunque provienen de la misma especie de planta, la diferencia entre la marihuana y el cáñamo es que este último no contiene más del 0.3% de THC. Por otro lado, la sustancia psicoactiva se encuentra en altas concentraciones en la marihuana.
Forraje a base de cáñamo.
En la primera fase del experimento, que se extendió por una semana, los investigadores sustituyeron parcialmente la dieta de maíz de las vacas. Incluyeron cáñamo con dosis bajas de cannabinoides. Y en la siguiente semana, proporcionaron a las vacas un forraje rico en cannabinoides elaborado a partir de las semillas, flores y hojas del cáñamo.
La alimentación que incluyó toda la estructura de la planta no generó efecto alguno sobre la salud o comportamiento de las vacas. Pero, cuando se incluyeron las flores, el ritmo cardíaco y respiración de los animales se redujo a niveles muy bajos. “Se trata de síntomas raros en las vacas, inducidos farmacológicamente u observados solo durante una enfermedad grave”, apuntan los investigadores.
A estos síntomas se sumó el babeo, bostezos y un aumento en la producción de secreciones nasales. Las vacas quedaron con la lengua colgando y los ojos se les pusieron rojos. Aquellas que se alimentaron con una gran cantidad de flores, trastabillaban al caminar y adoptaban posturas inusuales cuando se quedaban paradas.
Dos días después del cambio, las vacas empezaron a consumir menos alimento y su producción de leche cayó. “Realmente no tenemos una explicación de por qué sucedió esto”, dice Pieper. “El alimento con una alta concentración de flores presentaba más contenido de grasas que la planta entera, de modo que pudo afectar el apetito de las vacas, aunque los propios cannabinoides también pudieron influir”, explican en el artículo.
Conclusiones.
Dos días después de volver a una alimentación con forraje tradicional, todos los cambios observados en las vacas se revirtieron. El principal sospechoso es el THC, aunque los otros cannabinoides y productos químicos presentes en el cáñamo también pudieron influir en los síntomas observados.
Al final, tanto en el período de alimentación de la planta entera como en el lapso donde se les alimentó con flores, se detectó THC, CBD y otros cannabinoides en la leche de las vacas. Transcurrieron aproximadamente ocho días, desde el fin de las pruebas, para que estas sustancias resultarán indetectables en la leche de los animales.
A grandes rasgos, la investigación concluyó que los niveles de THC observados durante esta prueba de alimentación con flores pueden tener efectos sobre la salud humana. Por otro lado, no está del todo claro si esta leche con sustancias psicoactivas es capaz de inducir alteraciones en la conciencia. Realmente se necesita más investigación y pruebas directas en humanos.
Nota cortesia de Gabriel, el mariguano de los blogs
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