A finales de los 80 y principios de los 90 surgió una leyenda urbana que fue transmitida de boca en boca sobre una tarjeta de crédito especial y exclusiva de American Express que solamente era otorgada a personas con más ceros en su cuenta bancaria que media bolsa de Froot Loops. Evidentemente, se trataba de una mentira, al menos hasta 1999 cuando American Express decidió llevar a la realidad la legendaria tarjeta.
Citando a Doug Smith, presidente de la compañía en aquella época: “han aparecido rumores en torno a que tenemos esta ultra exclusiva black card para nuestros clientes élite. No eran verdad, pero decidimos capitalizar la idea”.
Apodada “Centurion”, esta tarjeta tiene una funcionalidad similar a la American Express platinum, con algunos beneficios añadidos exclusivamente para los clientes más importantes de Amex. No queremos aburrirte con los beneficios mundanos que se obtienen cuando se es lo suficientemente rico como para tener una tarjeta platinum, como beneficios en los hoteles o tarifas de transacción no aplicadas, pues hay uno que resulta mucho más interesante: un servicio de conserjería las 24 horas.
Asistente personal 24/7.
Como la acabas de leer, los clientes platinum tienen acceso 24/7 a un número telefónico al que pueden llamar para que los asistan en cualquier cosa. Mientras que en el papel supuestamente el servicio está destinado a cosas como reservar hoteles o encontrar restaurantes en una ciudad que no le es familiar al cliente, si el individuo es un poco más, digamos exigente, esencialmente el servicio le proporciona un asistente las 24 horas del día. Por ejemplo, tenemos la historia del bromista en Internet John Hargrave, que alguna vez intentó llevar a los límites un servicio similar ofrecido por su tarjeta Visa Signature Chase.
Hargrave descubrió que su servicio de conserjería estaba dispuesto a ayudarlo con todo, desde reservar un viaje al espacio a resolver un crucigrama con el que se había atorado. Sin embargo, cuando le preguntó al representante si había algo que no estaba dispuesto a hacer, descubrió que iba contra las políticas de la tarjeta emplear el servicio para enviar recados personales, planear una boda o involucrarse en temas de prostitución infantil; sin embargo, la compañía admitió que estaría más que feliz de “hacer una cita para un encuentro en el Bunny Ranch” (un burdel legal en Nevada), si el cliente así lo deseaba.
Ahora, tengamos en cuenta que este es el nivel de servicio que ofrece una tarjeta de crédito regular que una persona con ingreso promedio en los Estados Unidos podría permitirse, entonces imagina la clase de cosas que proporcionan las exclusivas tarjetas destinadas a los multimillonarios, esos cartones crediticios que sólo la cúpula de la sociedad tiene el privilegio de poseer.
Pedidos extraños.
Si tu imaginación no está muy avispada, de acuerdo con un ejecutivo de Amex al que se le preguntó alguna vez cuál era la solicitud más extraña que había cumplido, mencionó que cierta ocasión le solicitaron la entrega en Londres de un puño de arena del Mar Muerto. La compañía resolvió esta petición enviando un mensajero internacional en motocicleta a las costas del Mar Muerto. Después, el mensajero envió la arena por paquetería al cliente. Aparentemente, la arena estaba destinada a ser empleada en un proyecto escolar.
En otra ocasión, una tarjetahabiente quería aparecer en una telenovela, pero ignoraba cómo hacer que esto sucediera. El representante de American Express logró que la mujer se presentara en un casting para el papel en un espectáculo de esta clase.
Otra petición aún más extraña vino de alguien que le solicitó a Amex encontrar el caballo que había montado Kevin Costner en Danza con lobos. No sólo fueron capaces de rastrear la ubicación del caballo (el animal estaba en México), sino que arreglaron la compra del animal y lo transportaron a Europa, donde vivía el cliente.
La madre de las tarjetas de crédito.
Además de un servicio de conserjería más dedicado, la tarjeta Centurion incluye un agente de viajes personal, acceso automático a un gran número de clubes para personas ricas, y compradores personales para las tiendas más exclusivas del mundo. Además, la tarjeta garantiza grandes beneficios al viajero, como un seguro gratis, acceso a salas exclusivas del aeropuerto y beneficios de primera clase en vuelos con ciertas aerolíneas.
Quizás te estás preguntando cuánto dinero debes tener en la cuenta para obtener una tarjeta de esta clase. Bueno, nadie fuera de la compañía lo sabe con certeza. Se accede a ella solamente mediante invitación y jamás se ha revelado información sobre los criterios de American Express para decidir quién es elegible. Dicho esto, hay rumores de que si realmente quieres obtener una tarjeta Centurion, debes presentar estos tres criterios básicos:
- 1 – Debes ser propietario de una tarjeta American Express platinum.
- 2 – Haber hecho uso de esta tarjeta durante al menos un año.
- 3 – Tienes que gastar un promedio de entre US$ 250,000 y US$ 500,000 al año con tu tarjeta.
No basta con ser rico.
Y en cuanto al nivel de riqueza que se debe poseer, no existe un consenso sobre los ingresos elegibles para obtener la tarjeta, aunque el rumor dice que los ingresos mínimos anuales deben ser de US$ 1.3 millones. Dicho esto, se sabe que algunos poseedores de la tarjeta Centurion “son personas con salarios de 6 cifras”, por lo que quizá se emplea un sistema de pesos flexible (donde se consideran los ingresos netos y el historial crediticio), en lugar de uno más rígido basado solamente en los ingresos y gastos totales del cliente.
Lo que sí sabemos es que, una vez que te ofrecen la tarjeta, si la aceptas debes pagar una cuota de ingreso, además de una anualidad bastante alta. Aunque varía de un país a otro, para referencias, se sabe que en los Estados Unidos la cuota de ingreso es de US$ 7,500 con un cargo anual adelantado de US$ 2,500 por tarjeta. Aunque parezca increíblemente costoso, si el cliente suele viajar demasiado los beneficios de la tarjeta, incluyendo al virtual asistente personal, valen cada centavo.
Comprando una pintura de 170 millones de dólares.
¿Entonces, qué cosas puede hacer un afortunado poseedor de la tarjeta Centurion? Para poner las cosas simples, de acuerdo con los ejecutivos de American Express, lo que él quiera. El límite de la tarjeta es, en teoría, infinito y sólo se ve limitado por la fortuna personal del cliente. El límite real de la tarjeta es establecido por un análisis que comprende los hábitos de gasto y la fortuna neta del dueño.
Probablemente, una de las cosas más costosas y extravagantes adquiridas con esta tarjeta es una pintura de Amedeo Modigliani titulada “Desnudo acostado” que fue adquirida en el 2015 por el multimillonario chino Liu Yiqian. El costo total ascendió a US$ 170 millones… con cargo a la tarjeta Centurion. De hecho, esta fue la segunda ocasión en que usó la tarjeta para una compra así de costosa, anteriormente había pagado US$ 38 millones por una taza fabricada en la dinastía Ming.
Y si pagar US$ 170 millones por una pintura (entre muchas otras compras costosas) con una tarjeta Amex no es ya lo suficientemente ridículo, Yiqian también tiene la mayor cantidad de puntos como recompensa por cargos a una tarjeta de crédito, al grado que puede viajar con su familia con todos los lujos y completamente gratis durante el resto de su vida. Sin embargo, aparentemente sólo se pueden usar estos puntos para comprar artículos lujosos, como un brazalete de diamantes de 26 quilates a cambio de 33 millones de puntos.
El chino cochino.
Pero, los puntos no son la única razón por la que el hombre cargó a su tarjeta el costo de la pintura y las otras cosas costosas, en lugar de pagar en efectivo. Y es que China tiene restricciones sobre la cantidad de dinero que un individuo puede transferir fuera del país al año, el equivalente a unos US$ 50,000. No es necesario decirlo, pero para un multimillonario con gustos caros, es algo extremadamente restrictivo cuando se intenta comprar algo fuera del país. Al usar la tarjeta, evita por completo la restricción pues la tarjeta se emitió a través del banco de China. Así, Yiqian paga en China, sin enviar el dinero fuera del país por su cuenta.