jueves, 27 de abril de 2017

Wunderwaffen, las armas secretas de Hitler

La Alemania nazi ha sido el centro de atención y especulación de todo mundo desde hace más de siete décadas. Desde aquel conflicto bélico llamado Segunda Guerra Mundial, las personas no han dejado de cuestionarse cómo un régimen de horror pudo impulsarse a través de una nación avanzada, moderna y comprometida con el progreso. En lo que refiere al desmedido horror de los nazis, existe un tema extrañamente fascinante sobre la mitología oculta, sus significados, secretos y misterios. La combinación del misticismo y el poderío militar alemán en la época dio pie a toda una subcultura de estudios sobre el tema.
Wunderwaffen
Uno de los aspectos más llamativos sobre el nazismo hace referencia a algo que fue llamado Wunderwaffen, armamento sofisticado de tecnología avanzada incluso para los estándares modernos. Las Wunderwaffen van desde simples miras láser hasta motores de propulsión a chorro supersónicos, cosas que en la década de 1940 no existían más que la ficción, pero que ya eran contempladas por los científicos alemanes cómo posibilidades y en algunos casos llegaron a fabricarse prototipos. Otras armas jamás abandonaron el papel, pero no por eso dejan de ser espectaculares.

¿Qué parte de esta historia es verdad y cuánto fue pura invención?

Como cualquier complejo militar industrial, los nazis tenían programas de desarrollo e investigación, así como ingenieros y empleados a su completo servicio. Al interior de estas industrias armamentistas existieron incontables programas y planos para el desarrollo de armas avanzadas. A medida que la mano de obra y los recursos financieros fueron limitándose en el transcurso de la guerra, una menor cantidad de proyectos fueron sacados a flote, y algunos de estos que siguieron hasta el final del conflicto eran simplemente increíbles.
En la actualidad conocemos prácticamente la totalidad de programas militares en desarrollo durante el gobierno de los nazis. Hacia el final de la guerra, los Aliados lograron apoderarse de diversas instalaciones relativamente intactas y de estos lugares se obtuvieron tecnología, planos y documentos. Incluso prototipos de maquinaria. Mucho de este material debió haber sido destruido por los propios nazis, pero cuando vieron la guerra perdida, la prioridad fue ocultar los crímenes cometidos en los Campos de Exterminio.
Zielgerät ZG 1229 Vampir
ZG-1229 Vampir
Los planos confiscados por los Aliados mostraban que los nazis estaban comprometidos con la construcción de aviones caza, como los modernos Messerschmitt Me 262 y el Heinkel He 162, dos aeronaves muy superiores a cualquier aparato de la época. Hacia el final de la guerra, algunas tropas ya iban equipadas con el Zielgerät ZG-1229 Vampir, miras infrarrojas que les proporcionaban visión nocturna, mucho antes que los estadounidenses concibieran la idea. El auge del período militar nazi se dio durante el programa de desarrollo del misil de crucero V-1 y del proyectil balístico suborbital de larga distancia, el V-2. Se probaron 3000 prototipos y más de la mitad logró alcanzar el espacio, 15 años antes que lo hiciera el Sputnik 1.
diagrama del misil v1 aleman
Diagrama del V-1.

Vehículos aéreos para la guerra.

Pero existieron otros planos mucho más fantásticos. Entre los vehículos aéreos teníamos al Horten Ho-229, un avión de propulsión a chorro el Mach 2.2, Lippisch P13a un caza con alas en formato delta, un avión espía de altitud similar al U-2 estadounidense llamado DFS-228, y hasta un avión con alas en rotación, el Messerschmitt P.1101, que se convirtió en el precursor del Bell X-5. También existían planos para el desarrollo de aviones capaces de realizar despejes y aterrizajes verticales.
Messerschmitt P.1101
Messerschmitt P.1101
Los nazis también intentaron desarrollar en forma agresiva el proyecto para su Amerika Bomber, un avión bombardero con una capacidad de vuelo suficiente para desplegar ataques sobre los Estados Unidos. Los nazis creían que desplegando bombarderos sobre las ciudades estadounidenses podrían cambiar el curso de la guerra. Dichos aviones incluían variantes del Arado E 555 e incluso de un vehículo suborbital llamado Silbervogel que llegó a ser probado. Con estos aviones, en teoría, los nazis serían capaces de lanzar bombas sobre Nueva York y Boston, devastando a las dos principales ciudades de Estados Unidos.
Horton Ho IX
Horten Ho-229
Arado E 555
Arado E 555

Vehículos terrestres y anfibios.

En tierra los alemanes tenían planos para la construcción de enormes tanques blindados. La tecnología de tanques nazis durante la guerra superaba por mucho a la de los aliados. El Tiger II tenía una capacidad de movilidad, velocidad y blindaje impresionante, casi comparable con las de los tanques actuales. Pero los planes implicaban construir armas aún más grandes y letales. El Landkreuzer P.1000 Ratte y el P.1500 Monster, requerían a una tripulación de 40 y 100 hombres respectivamente. Eran máquinas colosales, equipadas con cañones de largo alcance que recordaban más a trenes que a tanques. Podían disparar las más grandes piezas de artillería diseñadas hasta la fecha, proyectiles de 800 milímetros con un poder de destrucción abominable. Si hubieran sido producidos, esos tanques podrían reducir ciudades enteras a ruinas.
comparacion de tanques P.1500 Monster
Landkreuzer P.1000 Ratte y P.1500 Monster eran colosales.
En el agua, los nazis planeaban construir un nuevo modelo de submarino capaz de disparar sus misiles V-2 desde alta mar hasta las ciudades estadounidenses. El plan era construir estos dispositivos como plataformas móviles de lanzamiento, capaces de transportar hasta 100 misiles de largo alcance. Tres llegaron a desarrollarse, incluso una quedó lista antes del final de la guerra, pero el atraso en las pruebas de los misiles V-2 respecto al desarrollo del submarino imposibilitaron su despliegue. Posteriormente, el proyecto de la plataforma fue empleado por estadounidenses y soviéticos en los años 50.

Armamento nuclear.

Los nazis también estaban cerca de desarrollar armas atómicas para equipar sus misiles V-2. Documentos secretos obtenidos del alto comando alemán, muestran que un proyecto para la construcción de complejos de enriquecimiento de uranio estaba en proceso. Con dicho material en las manos, no pasaría mucho tiempo antes que lograran fabricar armas de destrucción masiva.
misil v2 aleman
V-2 Alemán.
Mientras el Proyecto Manhattan estaba sucediendo en los Estados Unidos, había un hermano gemelo en Alemania: el Uranverein, o Club del Uranio. El Uranverein tuvo un arranque tan prometedor como el Proyecto Manhattan, y quizá mucho más eficiente; sin embargo, los nazis no tenían recursos para profundizar en las investigaciones y el curso de la guerra frenó cualquier progreso. La operación con reactores alemanes para crear plutonio requería de agua pesada, proveniente casi exclusivamente de la Estación Hidroeléctrica de Vemork en Noruega, un sitio que producía nitrógeno con fines agrícolas. El Club del Plutonio fue desmantelado por aquella que quizá fue una de las operaciones de sabotaje más importantes en la historia: la Operación Gunnerside, en la que un pequeño comando noruego fue lanzado tras las líneas enemigas y esquiaron hasta Vemork. A continuación, escalaron los acantilados dónde se encontraba la planta, ingresaron al complejo a través del ducto de ventilación y plantaron explosivos. La explosión destruyó todo el suministro alemán de agua pesada y la mayor parte del equipo necesario para su producción. Tres mil soldados fueron enviados tras los saboteadores, pero el comando noruego se las arregló para escapar.
comando noruego Operación Gunnerside
El comando noruego responsable por el sabotaje.
Meses después el complejo volvió a operar, pero los bombarderos aliados lograron damnificar las instalaciones una vez más. Los alemanes hicieron un último intento de enviar un cargamento de agua pesada a través de buques cargueros en el Mar del Norte. Otro heroico equipo de comandos noruegos, entre los que participaba el legendario guerrillero Knut Haukelid, logró plantar explosivos a bordo. Con la embarcación fuera de juego, los submarinos terminaron el servicio y enviaron la carga a las profundidades del océano. Aquello afectó tanto al programa nazi de armas atómicas que terminaron cancelándolo.
poyecto uranio
Varios especialistas en tecnología creen que los científicos del Club del Uranio llegaron a realizar pruebas simulando explosiones atómicas. Sin embargo, las armas tenían el “interior hueco”, lo que quiere decir que aunque contaban con la tecnología para explotar material radiactivo, no fueron abastecidas con plutonio. Los historiadores defienden que era cuestión de tiempo hasta que los nazis desarrollaran por completo su programa nuclear y estuvieran listos para crear bombas atómicas. Si el Club del Uranio hubiera continuado con sus investigaciones la guerra podría haber finalizado de una forma muy diferente. En el 2006, un grupo de científicos encontró trazos de radiación en estaciones de investigación usadas en los tiempos de guerra, rastros de energía que comprueban la manipulación de compuestos radiactivos. Esto nos muestra que los alemanes poseían la tecnología, aunque el suministro de plutonio fuera escaso.

Platillos voladores y Die Glocke.

Todo esto nos lleva al increíble proyecto de la Wunderwaffen nazi, un dispositivo ultrasecreto apodado Die Glocke, cuyo significado es “La campana”. La campana sería un vehículo aéreo con forma de disco, generalmente descrito como un disco volador. Cuando se habla de la Wunderwaffen nazi, muchos investigadores inmediatamente piensan en estos misteriosos discos, sus nombres y denominaciones. En ninguna base o complejo industrial tomado por las fuerzas aliadas se encontró algo remotamente parecido a La campana, al menos no que se sepa.
Die Glocke nazi
Sin embargo, hay muchos planos y documentos que sugieren la construcción de estas máquinas aéreas de diseño absurdo.

El origen de los discos voladores nazis es discutido a detalle en un libro escrito a mediados de 1990 por el historiador militar polaco Igor Witkowski titulado “La verdad sobre la Wunderwaffen”. En la obra, Witkowski nos relata una historia sensacional: este sujeto habría obtenido acceso a documentos secretos dirigidos a un oficial nazi llamado Jakob Sporrenberg en los últimos días de la guerra. A través de diversas transcripciones, el autor relata la forma en que tuvo conocimiento sobre el Proyecto Campana que implicaba el desarrollo de un vehículo aéreo con motores gravitacionales de flotación.
Die Glocke la campana
Pese a esto, se desconoce si el libro de Witkowski tiene algo de verdadero o es pura ficción especulativa. No ofrece evidencias sobre la existencia y nadie parece apoyar sus ideas y conclusiones. El personaje principal del libro, el oficial de la SS Sporrenberg tampoco pudo confirmar los alegatos. Este hombre fue ejecutado por crímenes de guerra en 1952. Se sabe que Sporrenberg fue un oficial severo que enfrentó a los partisanos en Polonia y tuvo poca conexión con la ciencia aérea y grupos de desarrollo de armas en el ejército.
Pero aunque existan pocas pruebas para sustentar la existencia del disco volador alemán, el misticismo que rodea al régimen ayuda a propagar este tipo de creencias. Después de todo, el misticismo y el mundo oculto formaron parte inherente de la legión nazi.

El origen de las teorías.

El régimen siempre resultó un condensador de teorías extrañas y controversiales. El origen de estas teorías parece tener lugar en el trabajo de dos autores franceses en la década de 1960 con un trabajo titulado “El amanecer de Los Hechiceros” (The Moaning of the Magicians), donde se especulaba sobre las múltiples tradiciones místicas y sociedades secretas activas en Alemania. Entre estás oscuras sociedades influyentes en los años que antecedieron a la guerra, una llamaba la atención poderosamente, se hacía llamar laSociedad Vril.

La Sociedad Vril.

La misteriosa Sociedad Vril estaba integrada por ocultistas, autodenominados hechiceros, supuestos satanistas y personas muy importantes en el medio político que darían origen al Partido Nazi. Según el libro, la Sociedad Vril se ofreció para perfeccionar el ejército alemán y convertirlo en una máquina de guerra eficiente, virtualmente imbatible, cuyo poder estaría sustentado en el conocimiento místico y tecnologías hasta entonces desconocidas.
cupula del partido nazi
La base de todo esto sería el Vril. La Sociedad creía en la existencia de esta misteriosa sustancia que ofrecía una fuente de energía inagotable. Empleando el Vril, cuyo origen para la orden es místico, las máquinas de guerra del ejército nazi funcionarían sin parar y sin la necesidad de mantenimiento. La sustancia mágica ayudaría a crear soldados invencibles sirviendo como una fórmula para la salud y la longevidad.
Es un poco extraño creer que los nazis realmente creyeron estos conceptos que parecen retirados de historias de ciencia ficción, pero según parece muchas personas importantes en la cúpula del partido nazi creían en la existencia del Vril y en sus increíbles propiedades. Esto es tan cierto que invirtieron millones de marcos antes de la guerra en expediciones infructíferas buscando a la civilización ancestral que ocultaba el secreto del Vril.

¿Pero, cuál es la relación entre el proyecto Die Glocke y el Vril?

Los teóricos creen que el disco volador nazi sería una máquina abastecida por el místico combustible y que era base para el funcionamiento de sus motores antigravitacionales. La gran ventaja del Vril sobre los demás combustibles era el hecho de que el fluido garantizaba una autonomía de vuelo indefinida. Una vez adaptados, los motores permitirían vuelos largos y estables, las distancias simplemente dejarían de importar.
Victor Schauberger
Viktor Schauberger
Pero existieron otros proyectos de discos voladores en desarrollo por el ejército alemán.
El más popular quizás sea un dispositivo aéreo conceptualizado por Viktor Schauberger, un científico austriaco que encabezó un proyecto que tenía como objetivo construir un vehículo aéreo con un formato innovador. Los planos de estos proyectos secretos dejan bien en claro que Schauberger buscaba una especie de disco volador. El científico concibió un sistema de propulsión llamado “Vortex líquido” que para algunos, al menos en la teoría, podría funcionar.
generador de tornado de Victor Schauberger
Schauberger trabajó en un complejo militar relacionado a la Luftwaffe en Leolstein entre 1938 y 1945. En el lugar tenía autoridad para construir prototipos y realizar pruebas. Su mayor éxito habría sido un prototipo de metro y medio con 135 kilogramos de peso, equipado con un motor eléctrico que generaba un campo antigravitacional que permitía que el aparato flotara.
Según Schauberger: “si el agua o el aire rotan en una fuerza giratoria de oscilación llamada coloidal, puede generarse energía suficiente que permita la capacidad de levitación”.
En otra prueba que tuvo lugar en 1942, otro prototipo habría levitado a 2 metros de altura para desplazarse mediante la ayuda de motores horizontales. Esta máquina habría cargado a dos pasajeros, pero no funcionó durante mucho tiempo. Algunos creen que el programa tenía la intención de construir una tabla voladora primitiva y no un vehículo de altitud.
platillo volador nazi
Al final de la guerra, el complejo de investigaciones de Schauberger fue destruido por las bombas soviéticas. El científico y su equipo recibieron órdenes de destruir los prototipos e incinerar las plantas y documentos para que nada cayera en manos de los enemigos. Schauberger afirmó hasta el final de su vida que cumplió esa orden sólo en parte. Para librarse de una condena, aceptó destruir los prototipos, pero mantuvo los planos de su investigación en un intento de negociar con los estadounidenses la tecnología en la cual venía trabajando. No se sabe si dicha historia es verdadera, pero Schauberger migró a Estados Unidos en 1945 y se estableció en Houston donde alegaba haber trabajado en una división secreta relacionada con la fuerza aérea estadounidense.
Schauberger no vivió mucho para contarlo a causa de una enfermedad degenerativa. En su lecho de muerte habría declarado “me quitaron todo. Ya no tengo nada. No tengo nada, ni siquiera a mí mismo”. El científico murió en 1947.
Durante la década de 1950 los estadounidenses intentaron desarrollar dispositivos aéreos con aerodinámica arriesgada como el Avro-Car y el Neg-G que asemejaba mucho a discos voladores típicos del proyecto Glocke. Desafortunadamente, estos emprendimientos terminaron siendo abandonados a comienzos de los años 1960 cuando los aviones de propulsión a chorro se convirtieron en las armas más eficientes del arsenal aéreo alrededor del mundo.
Las súper armas de Hitler quizá jamás llegaron a salir del papel, pero siguen fascinándonos y aterrorizándonos como todo aquello que tiene que ver con el régimen nazi.