A las faldas de un volcán en una remota región conocida como Trunyan, en Bali, Indonesia, existe una comunidad con un macabro y antiguo ritual para sus muertos. Cuando uno de los habitantes de esta aldea llega al final de su vida, en lugar de cremarlo o sepultarlo, el cadáver es dispuesto sobre una jaula hecha de bambú y abandonado para que se descomponga a los pies de un árbol sagrado capaz de enmascarar el distintivo hedor.
Esta es la única zona de Bali donde sucede este tipo de ceremonia, a la que solamente los casados tienen derecho. Por otro lado, los cadáveres de aquellas personas solteras son enterrados en un cementerio local. Prisioneros en sus jaulas, los restos son retirados del lugar cuando no quedan más que los esqueletos. Después, el cráneo y otros huesos son apilados en un santuario dentro de la misma selva, al que sólo puede accederse en un viaje en barco a través del lago Batur.
La selva de los muertos.
Y solamente los hombres pueden viajar hasta ese lugar a entregar los cuerpos. Las leyendas dicen que si las mujeres se aventuran al osario, la aldea será devastada por terremotos y erupciones volcánicas. Para ser conducidos hasta la “selva de los muertos”, primero los restos deben pasar por un ritual de preparación – una tradición que implica limpiar el cadáver con agua de lluvia y envolverlo en paños, dejando solamente el cráneo al descubierto.
Las jaulas de bambú son organizadas sobre las raíces de un árbol conocido como Taru Menyan, una especie que exhala un olor agradable capaz de neutralizar el olor de la descomposición. Así, solamente cuando un cuerpo se descompone por completo, y no queda nada más que huesos, es retirado del lugar y transportado hasta el osario – donde se encuentra un altar construido con cráneos y rocas.
Otros rituales extraños.
Los pueblos de la villa de Trunyan creen que los habitantes originales de Bali fueron los responsables por crear el ritual en 1340. Otras tradiciones curiosas que se practican en la villa implican la veneración a una criatura mitológica llamada Barong. Consiste de una procesión donde jóvenes elegidos son vestidos con hojas secas de banano. Antes de esto, los jóvenes pasan un período de 42 días en cuarentena para “purificarse”.
Durante dicha procesión, los jóvenes deben correr alrededor de un templo al paso de los transeúntes, a los que agreden con chicotes pues intentan quitarles las hojas. La ceremonia puede extenderse por 3 días consecutivos, empezando a las 12 horas del primer día y terminando a las 17 horas del tercero.
Un turista interesado que desee conocer la cultura de esta isla en Indonesia, debe aventurarse en un viaje de barco de hasta 3 horas, saliendo de la localidad de Denpasar hasta Trunyan.