martes, 8 de noviembre de 2016

¿Cómo son los orgasmos múltiples masculinos?



Tratar de describir una experiencia de este tipo parece ser una tarea difícil entre tanta información, y ante la presencia de diversos mitos, la mayoría de ellos cuestionamientos que ponen en duda la posibilidad de que un hombre pueda experimentar orgasmos múltiples.

Algunos textos afirman que los hombres tienen orgasmos múltiples como un proceso que no es innato, sino que se va coyunturalmente, como si un varón multiorgásmico fuera difícil de hallar debido a la preconcepción biológica que se tiene de esta área de la sexualidad masculina.

No resulta inapropiado pensar que un hombre logrará orgasmos múltiples mediante un proceso de aprendizaje, sin embargo, este proceso debería tener como objetivo procurar retrasar y evitar la eyaculación, teniendo como punto de partida el conocimiento propio del cuerpo y de las formas de generar excitación sexual previa al orgasmo.

Es importante señalar que cada uno experimentará este tipo de sensaciones de manera distinta, ya que estamos hablando también de un proceso de autoconocimiento personal, y es justo ahí donde la riqueza de perspectivas que hay en este tema lo vuelven aún más trascendental e interesante.

Ya hemos mencionado la importancia de la respiración, de la distribución de la energía erótica, del movimiento del cuerpo, del masaje erótico y de las maniobras en los genitales que se pueden aprender en el Taller de Erotismo impartido por Erotismo al Maxculino, A.C., una organización clave y de referencia en la promoción y difusión de los beneficios del manejo de la energía erótica en la vida cotidiana.

Por ello, en esta ocasión nos enfocaremos en la experiencia misma. El primer orgasmo llega en ocasiones en el momento menos esperado, pero no por ello en el momento más impertinente.

La sensación puede describirse como una especie de calor que surge desde el vientre, y en ocasiones desde el perineo, acompañada de sensaciones que se asemejan a ligeras y muy placenteras descargas eléctricas como escalofríos que suben por la espalda hasta la cabeza, y que se distribuyen por todo el cuerpo.

La respiración se agita, y cuando parece que todo regresa a la normalidad, la sensación vuelve a surgir con igual o mayor intensidad a la vez que los sentidos, si bien no se nublan, se agudizan de manera tal que la piel se vuelve placenteramente sensible.

Las emociones internas del alma se profundizan en momentos en los que ocurren los orgasmos: el hombre puede gemir, llorar y hasta sonreír. Estas sensaciones pueden presentarse con o sin una erección de por medio y se logran sin eyaculación ya que la base tántrica de este tipo de experiencias considera a la eyaculación como una pérdida de energía.

No obstante, no podemos contextualizar a la eyaculación como algo negativo o que deba impedirse a toda costa, ya que en ciertos casos algunos hombres podrían no contenerse y tener una, algo que no debería generar frustración, sino más bien ser un impulso para seguir en el camino de aprendizaje.

“El hecho de no tener la eyaculación como meta permite entrar en un espacio extático de placer y de bienestar, donde la erección, la penetración o la eyaculación no son una preocupación porque nada más importa el flujo de la energía en sí mismo, con su pareja y con el universo”.
ANDRÉ FOURNIER, PRESIDENTE Y FACILITADOR DE EROTISMO AL MAXCULINO A.C.
Las consecuencias de vivir plenamente una sexualidad masculina que cuenta con la posibilidad de experimentar orgasmos múltiples por todo el cuerpo se ven reflejadas en la vida cotidiana, no sólo como afirma André Fournier para “lograr una experiencia que profundizará las relaciones de pareja”, sino también en la forma de relacionarse con las personas en la vida diaria.

Jorge Chang, uno de los colaboradores de Erotismo al Maxculino A.C., comparte su experiencia en el desarrollo de este tipo de trabajo en los talleres vivenciales que imparte la asociación:

“He descubierto el poder de la energía erótica dentro de mí como ser humano: curar heridas, aclarar mi mente, preponderar mi espiritualidad, unir lo que hasta ahora funcionaba por separado: alma, cuerpo, mente, espíritu. Puedo conectarme de manera más significativa conmigo mismo y las personas que me rodean".