Si la Sirenita existiera en la realidad, probablemente tendría branquias y abundante pelaje. Al menos es lo que teoriza una bióloga marina que imaginó a este ser desde una perspectiva científica. Se estima que los humanos solo conocemos el 20% de las especies que habitan los océanos. Quizá, a esto se debe que el mito de las sirenas se mantenga vigente después de varios siglos.
Aunque no existe una sola prueba sólida de su existencia, muchas personas están convencidas de que estos seres mitológicos viven ocultos bajo el agua. Y cuando Hans Christian Andersen escribió el cuento de La Sirenita, la imagen de un ente mitad humano y mitad pez se arraigó todavía más en el imaginario popular. Tras la primera adaptación de la obra para la pantalla grande en 1989, recientemente Disney retomó el cuento de La Sirenita para producir un polémico live action.Aprovechando el hype, decidimos tocar un poco el tema de las sirenas. Pero, hipotéticamente hablando…
¿Cómo sería una sirena si existiera en la realidad?
Helen Scales, una bióloga marina de Gran Bretaña, elaboró una hipótesis sobre la apariencia de estos seres en una entrevista para la BBC Science Focus. Empezó asegurando que resulta perfectamente posible desplazarse en el agua tal y como lo hace una sirena. De hecho, aseguró que “es una excelente forma de desplazarnos a gran velocidad”. La configuración anatómica con la que se ilustra a este ser no sería un problema bajo el agua.
Los inconvenientes empiezan a surgir cuando se analiza la parte humana de la sirena. De forma más específica, el torso, que la bióloga no considera lo suficientemente evolucionado para sobrevivir largos periodos bajo el agua. “Mi principal preocupación es la respiración”, explica Scales. “Si tuviera que nadar hasta la superficie para respirar, contaría con algo más parecido a un espiráculo y no con una nariz y boca. Por eso es que la evolución proporcionó a los cocodrilos narices más altas sobre la cabeza, para que les resultara más fácil respirar en la superficie”.
Además, si permanentemente estuviera bajo el agua como se ilustra en el cuento, la sirena necesitaría branquias o un órgano similar que proporcionara oxígeno constantemente. Los brazos y dedos también resultan poco ventajosos como herramientas para nadar. Recordemos que los humanos heredamos esta configuración de los primates, pues resultaban extremadamente útiles para trepar en los árboles y desplazarnos sobre la tierra.
Pero, en el agua las aletas proporcionan una enorme ventaja cuando se trata de desplazarse a gran velocidad. Y aunque se invirtiera la configuración de la sirena, con la parte superior de un pez y la inferior de un humano, tampoco habría gran diferencia. Después de todo, la cola es una excelente forma de locomoción en el océano. Además, ¿cómo podría lidiar con las temperaturas congelantes de un océano en invierno?
“Una sirena necesitaría de una capa de grasa muy espesa”, aseguró Scales. “Eso, o podrían seguir el camino evolutivo de las nutrias y adquirir pelo”. Sí, una sirena estaría repleta de vello corporal, casi como Chewbacca.
Nota cortesia de Don Ramon
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