Al sur de Brasil, en la localidad Passo Fundo, un joven de 23 años llamado Luiz Augusto Márcio Marques dejó de crecer tras someterse a una cirugía para extirpar un tumor cerebral extremadamente raro y agresivo. Conocido como Guto en su comunidad, su apariencia asemeja a la de un niño de 13 años. La vida de Luiz transcurrió en completa normalidad hasta los 7 años, cuando comenzó a experimentar dolores de cabeza insoportables que empeoraron con el tiempo.
Lamentablemente, ninguno de los médicos a los que sus padres consultaron logró diagnosticar correctamente su condición. Esto llevó a un deterioro progresivo de su actividad escolar y su calidad de vida. Algunos sospechaban que se trataba de un virus, mientras que otros sugerían un padecimiento psicológico o que inventaba los síntomas por pura pereza. Sin embargo, todo cambió drásticamente cuando Luiz sufrió una convulsión y terminó internado en el hospital de la ciudad. Tras una serie de exámenes médicos, finalmente revelaron la causa de sus dolores de cabeza.Un tumor rarísimo en la cabeza.
El diagnóstico era craneofaringioma, un tipo de tumor cerebral extremadamente raro que afecta a una persona en un millón. Los médicos advirtieron a la tía del joven que debían operarlo inmediatamente para extirpar una parte del tumor, pues de otra forma, su vida estaría en grave peligro. Sin embargo, la cirugía en sí presentaba grandes riesgos debido a la ubicación del tumor, lo que implicaba la posibilidad de perder la capacidad motriz, el habla y movimiento ocular.
Además, existía la preocupación de que su crecimiento también resultara afectado. A pesar de estos riesgos, la familia autorizó la operación para salvar la vida de Luiz. Tras la intervención, Luiz quedó bajo una intensa vigilancia en una sala de observación, donde los médicos monitoreaban constantemente cualquier síntoma inusual o convulsión. Afortunadamente, la recuperación resultó exitosa.
Sin embargo, los resultados de las pruebas posteriores revelaron algo desalentador: durante la cirugía, la glándula pituitaria de Luiz sufrió severos daños, lo que inevitablemente afectaría su crecimiento normal en algún momento. Aunque no se podía determinar con certeza cuándo se detendría su crecimiento, este se estancó aproximadamente a los 12 años. Actualmente, con 23 años de edad, su apariencia física sigue mostrando una diferencia de al menos una década con respecto a su edad real.
El eterno adolescente.
Es importante mencionar que los médicos solo pudieron extirpar aproximadamente el 20% del tumor sin causar daños irreparables al cerebro de Luiz. Como parte del tratamiento, se sometió a varias sesiones de quimioterapia para reducir el tamaño del tumor. Aunque los médicos tenían la opción de reemplazar la función de la glándula pituitaria mediante la administración de hormonas de crecimiento, esta solución también conllevaba el riesgo de hacer crecer el tumor, por lo que la familia decidió no seguir ese camino.
Desde el momento en que Luiz dejó de crecer, su vida cambió drásticamente. Enfrentó el desafío más grande hasta ahora: aceptar su condición y el hecho de que su apariencia no coincidiría con su edad cronológica. Inicialmente, esto le llevó a rebelarse y aislarse, cortando comunicación con sus compañeros de escuela e incluso con sus profesores. Sin embargo, su familia se convirtió en su mayor apoyo para superar el dolor emocional que esto le causó.
“Sin mi familia, no habría sido capaz de superarlo. Conozco a personas con cáncer que lo abandonan todo”, compartió Luiz en una entrevista con la BBC. “Hoy en día, no me importa la opinión de los demás. Tengo amigos mayores, de 20, 30, 40 años, y ninguno me juzga ni me dice nada. Me siento muy bien, hablo mucho y no tengo vergüenza de nada”.
La historia de superación de Guto.
A pesar de las adversidades, Guto, como prefiere que lo llamen, ha logrado encontrar la fortaleza para seguir adelante. A sus 23 años, con una estatura de 1.62 metros y un peso de aproximadamente 50 kg, se muestra agradecido por seguir con vida después de varios años de quimioterapia y un total de 12 cirugías en la cabeza. Incluida una para colocar una válvula que drena el líquido cefalorraquídeo de su cráneo. Aunque aún conserva un tumor del tamaño de un frijol en su cerebro, afortunadamente ya no experimenta dolores de cabeza.
El neurocirujano de Luiz, Nério Azambuja Jr., señaló que la manifestación específica del joven es sumamente rara, posiblemente un caso entre 50 millones, aunque no existen estadísticas exactas al respecto. En consecuencia, Luiz Augusto siempre lucirá mucho más joven de lo que indica su edad real, un testimonio de su valentía y lucha constante por superar las adversidades que la vida le ha presentado.
Nota cortesia de Don Teofilito Heli Salvador, el ruko que se cree joven
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