Una nueva “Luna” que acompañará a la Tierra al menos los próximos 1500 años, fue avistada por astrónomos del observatorio astronómico Pan-STARRS. Aunque no lo parezca, la Luna se encuentra entre los objetos celestes más estudiados. Pese a su apariencia estéril, la posibilidad de establecer colonias o hacer minería espacial ha llevado a las súper potencias a invertir grandes recursos en nuestro satélite natural.
El pasado 28 de marzo, científicos del Observatorio Pan-STARRS descubrieron el asteroide 2023 FW13. Un objeto con forma de puño al que apodaron “casi Luna” por la sincronía que tiene su órbita con la de nuestro planeta. Y aunque es la primera vez que lo observan, los astrónomos estiman que acompaña a la Tierra desde el año 100 a.C. Además, continuará así hasta el año 3700.Para constatar el hallazgo de la “casi Luna”, los astrónomos recurrieron al Observatorio Canadá, Francia, Hawái, al Observatorio Nacional de Kitt Peak y al Observatorio Mt. Lemmon Sky Center. Entonces, se percataron de que por mucho que el 2023 FW13 orbite al Sol y no a la Tierra, el asteroide parece tener cierta predilección por nuestro planeta. Por eso, constantemente es empujado hacia ella como si se tratara de una danza cósmica que sucede hace siglos.
Asteroide 2023 FW13: la nueva “Luna”.
Pero, ¿tratándose de un asteroide tan pequeño por qué lo están llamando así? Su tamaño ni siquiera se acerca al de la Luna, pues tiene entre 10 y 15 metros de diámetro. Mientras tanto, la Luna tiene 3,478 kilómetros. Pero, lo que realmente llama la atención en este asteroide es su órbita tan inusual y el hecho de que acompañará a la Tierra durante poco más de mil años. Por eso es que recibió este mote.
La órbita de este objeto alrededor del Sol se parece tanto con la de la Tierra que, para completar una vuelta, requiere 365.42 días. De hecho, la Unión Astronómica Internacional puso en la lista del Centro de Planetas Menores al asteroide 2023 FW13. Es tan peculiar la presencia de la “casi Luna” que bien podría funcionar como centro de entrenamiento para los astronautas o como plataforma de lanzamiento para misiones en el futuro.
Al menos hasta el año 3700, época en que se pronostica empiece a abandonar la danza con nuestro planeta. Es verdad que otros objetos también pueden clasificarse como “casi lunas”. Sin embargo, antes deben cumplir ciertos requisitos. El primero es que presenten una órbita parecida a la de la Tierra alrededor del Sol. Y el segundo es que funcionen como satélites artificiales naturales u objetos capturados temporalmente que no están vinculados permanentemente con algún planeta, aunque se mantienen bastante tiempo junto a él.
La Luna también dice adiós a la Tierra.
El hallazgo de esta casi Luna es por demás interesante. Sin embargo, apuesto a que no sabías un dato bastante curioso descubierto hace poco sobre nuestra Luna. Resulta que la Luna todo el tiempo se está alejando de la Tierra. Hace 2,450 millones de años estaba a 322 mil kilómetros de nuestro planeta. Actualmente, esa distancia se ubica en 384 mil kilómetros.
Joshua Davies, profesor de ciencias terrestres en la Universidad de Quebec, y Margriet Lantink, investigadora de posgrado del Departamento de Geociencias de la Universidad de Wisconsin-Madison, realizaron esta medición. Según los expertos, este distanciamiento gradual entre la Tierra y su satélite natural se conoce desde hace mucho tiempo. En 1969, en el marco de las misiones Apolo, los investigadores de la NASA mencionaron que los propios astronautas se percataron de algo extraño en los paneles reflexivos que se instalaron en la superficie lunar. Según Davies y Lantink, la agencia estadounidense concluyó que la Luna se alejaba de nuestro planeta 3.8 centímetros por año.
Distanciamiento lunar.
“La distancia entre la Tierra y la Luna está íntimamente vinculada a la frecuencia de uno de los ciclos de Milankovitch, el ciclo de la presión climática”, explican los investigadores. Este ciclo emana del movimiento de oscilación o de la variación en la orientación del eje de rotación de la Tierra. En la actualidad tiene una duración estimada de 21,000 años. Pero, se cree que en el pasado duraba menos precisamente por la mayor proximidad que tenía la Tierra con la Luna.
“Los ciclos de Milankovitch registrados en sedimentos de hace 2,460 millones de años sugieren que el ciclo de precesión de nuestro planeta presentaba una frecuencia significativamente mayor que la actual. Lo que resultaba en una duración del día y distancia entre la Tierra y la Luna más corta”, dice Davies y Lantink. Pero, el aspecto más preocupante con este distanciamiento es que la Luna produce un efecto de frenado sobre la Tierra.
En otras palabras, entre más lejos se encuentre nuestro satélite natural, más durarán los días. Además, también deben aumentar las horas de luz recibidas. Afortunadamente no hay nada de qué preocuparse pues, aunque esté sucediendo en este preciso instante, se requieren millones de años antes de que el proceso produzca alguna diferencia.
Nota cortesia de Monita Maussan
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