¿Una civilización inteligente antes que los humanos?

 ¿Alguna vez te preguntaste si existió una civilización inteligente antes que los humanos? Existe la creencia generalizada de que somos la única civilización tecnológicamente avanzada en la historia de este planeta. Pero, ¿qué nos garantiza que no existió otra civilización inteligente hace tanto tiempo que ni siquiera quedan vestigios de la misma? Por ejemplo, ¿cabe la posibilidad de que hace millones de años los dinosaurios desarrollaran algo parecido a una civilización?

Normalmente asumimos que esto es imposible. Sin embargo, el astrobiólogo Dirk Schulze-Makuch advierte de un sesgo importante en el tema. Y es que, si nunca buscamos el más mínimo indicio de esta civilización, o simplemente excluimos esa posibilidad, nos aseguramos de jamás encontrarla.

La hipotética civilización inteligente que antecedió a los humanos.

Schulze-Makuch propone un ejercicio de imaginación en el que, mucho antes del ascenso de los homínidos, una civilización nació, prosperó y se extinguió. Aunque no existe un consenso generalizado sobre la definición de “civilización”. Normalmente se asocia a una especie capaz de alterar físicamente su entorno a escala regional o global.

¿Cómo podríamos saber, millones de años después, que esta civilización existió? En el libro El mundo sin nosotros, el escritor Alan Weisman explica convincentemente que cualquier prueba sobre la existencia de esta civilización se esfumó hace muchísimo tiempo. El antropólogo Carys Bennett, de la Universidad de Leicester, sostiene que el legado de los humanos no serán las construcciones o avances tecnológicos.

¿Existió una civilización inteligente antes que los humanos?

 

Cuando la humanidad se extinga, lo único que quedará serán huesos de pollo. Cuando una especie civilizada se extingue, todas las grandes ciudades y sus construcciones sufren un acelerado proceso de deterioro. Las grandes presas y puentes terminan convertidos en nada más que polvo. Eventualmente, los parques y las granjas se transforman en bosques y selvas.

Es complicado saber si existió una civilización inteligente en el pasado.

Si es que una civilización anterior a los humanos tuvo avances tecnológicos, estos simplemente desaparecieron. En la escala temporal de la que hablamos, incluso los restos de plásticos decaen “rápidamente” por acción de la radiación ultravioleta y la descomposición bacteriana. Los neandertales vivieron hace tan solo unas decenas de miles de años. Y hoy es extremadamente complicado encontrar vestigios de su paso por este planeta.

Incluso de las civilizaciones humanas más recientes, como las precolombinas que habitaron Sudamérica, quedan pocos vestigios tras unos cientos de años. Principalmente porque sus avances tecnológicos se apoyaron en materiales orgánicos, como la madera. ¿Entonces, existe la posibilidad de que una civilización mucho más antigua desarrollara algún tipo de avances tecnológico? Tomemos como ejemplo a los dinosaurios.

En Star Trek: Voyager, el capítulo 23 titulado “Distant Origin” exploró la idea de una especie superior, descendiente directa de los dinosaurios. Pero, más allá de la ciencia ficción, ¿existe alguna posibilidad de que los dinosaurios desarrollaran inteligencia suficiente para alcanzar algún tipo de avance civilizacional?

La civilización de la época de los dinosaurios.

La creencia popular es que los dinosaurios eran un poco “torpes”. La literatura los ilustra como animales colosales de cerebros diminutos. Por ejemplo, el gigantesco brontosaurio tenía un cerebro del tamaño de una caja de fósforos. Sin embargo, Schulze-Makuch argumenta que estas conclusiones son algo precipitadas.

Pese a las dimensiones de su cerebro, el brontosaurio era un animal con “capacidad intelectual” para controlar un cuerpo de 30 toneladas. Además, con el mismo órgano encontraba comida, evitaba depredadores y hacía todo lo que un animal de sus dimensiones debe hacer para sobrevivir.

Ancestros de los pájaros.

Hasta hace algunas décadas, la ciencia desconocía que algunas aves modernas descienden de los dinosaurios. Y hablamos de pájaros famosos por su inteligencia. Entonces, quizá vaya siendo hora de reconsiderar la reputación que adjudicamos a la inteligencia de los dinosaurios. En las aves, los cerebros son pequeños porque deben reducir el peso para poder volar.

Pero tenemos especies sumamente inteligentes, como los cuervos y loros. La inteligencia en estos cerebros minúsculos se debe a que sus neuronas están bien compactadas. Según Schulze-Makuch, en cada gramo de cerebro de estas aves se encuentran muchas más sinapsis a comparación de los mamíferos.

Además, si el tamaño del cerebro se tradujera en inteligencia, los animales más inteligentes de la Tierra serían las ballenas. Entonces, es posible que los dinosaurios con plumas presentaran estructuras cerebrales semejantes a la de los pájaros modernos. Es algo que nunca sabremos pues, desafortunadamente, los cerebros no se convierten en fósiles.

¿Qué dinosaurios pudieron desarrollar algo parecido a una civilización?

Si seguimos el razonamiento lógico, es posible que los dinosaurios fueran mucho más inteligentes de lo que creemos. Bueno, al menos nos consta que no causaron su propia extinción. A diferencia de cierta especie, que parece apresurada por ser la primera en lograrlo. Algunas especies de pájaros no solo destacan por su inteligencia, sino por la habilidad que tienen para emplear herramientas.

Sería probable que los dinosaurios hicieran lo mismo hace millones de años. Supongamos que los dinosaurios desarrollaron algún tipo de tecnología. ¿Qué especie tuvo mayor probabilidad de lograrlo? Schulze-Makuch sugiere que los del género Troodon, dinosauros que existieron en la última etapa del periodo Cretácico.

Cuando se buscan las características de una especie tecnológicamente avanzada, los dinosaurios del género Troodon cumplen con varias. En primer lugar, se trataba de animales sumamente inteligentes a juzgar por el tamaño de sus cerebros. Además, eran animales sumamente sociales, cuidaban a las crías y poseían “brazos” y “manos”.

Homosaurus (especie ficticia) y un Troodon.

Estas últimas características físicas pudieron otorgarles destreza suficiente para elaborar herramientas o manipular objetos. Los Troodon se extinguieron hace unos 65 millones de años, en la última fase del Cretácico, junto a muchas otras especies de dinosaurios. Hasta donde se sabe, fueron víctimas del asteroide Chicxulub que impactó contra la Tierra en lo que hoy es México.

Empecemos a buscar lo improbable.

Si realmente crearon herramientas o cualquier otro tipo de avances tecnológico, ¿qué clase de vestigios podríamos encontrar tras aquella catástrofe? A eso hay que sumar 65 millones de años de erosión geológica. Lo único que sabemos del género proviene de sus huesos fosilizados y de los “pollos” de los que se alimentaban.

No existe vestigio alguno de máquinas, armas, herramientas o joyas hechas por dinosaurios. Dirk Schulze-Makuch advierte que, si no buscamos mejores indicios de esos artefactos jurásicos, difícilmente los encontraremos.

Entonces, sería prudente que al afirmar que la especie humana es la única civilización tecnológicamente avanzada que existió en la Tierra, agregáramos “probablemente”.

Nota Cortesia de Monita Maussan